Formada en 2019, Reylobo es un grupo murciano-catalán de power metal, con fuertes influencias desde Avalanch a Saratoga, o bandas internacionales como Sonata Arctica o Avantasia. De fundó después un periodo de reflexión musical, artística y personal de sus componentes, que tuvieron sus inicios en formaciones de alcance local como Black Ocean, que alcanzó cierta repercusión dentro de la Región de Murcia al tocar con bandas como Nocturnia, Saurom y Saratoga.
Luego el guitarrista y compositor Pedro Gallego profundizó en composición y técnica de guitarra de la mano de Jerónimo Ramiro (Saratoga, San Telmo, Ñu…) y de Alberto Rionda (Avalanch, Alquimia), referentes indudables en el género. A finales de 2018, junto Nacho Fernández, letrista y cantante, decidieron formar Reylobo y se les unirían Wenceslao Miralles al bajo, Miguel Torralba al teclado y Alex Molina en la batería.
Durante el último año la banda estuvo dedicada a la composición y grabación de su primer álbum, El Octavo Pecado, producido y mezclado por Alberto Rionda en los Estudios Sanctuarium. Se trata de un disco conceptual que gira en torno a la pregunta existencial: ¿qué hay después de la muerte? El Olvidado, protagonista de la historia, vivirá una experiencia radical que conectará sus luces y sombras con las de la propia humanidad y con lo que nos define como seres humanos.
El álbum contó con invitados de lujo: el mismo Alberto Rionda (Avalanch, Alquimia) al bajo y la guitarra acústica, Manuel Ramil (Avalanch, Adventus, Alderaan) a cargo de la composición y grabación de los teclados en Tercera Planta Estudio, Rafael Lázaro (Red Balance) como guitarra solista en uno de los temas, y Sonia Rubín e Isra Ramos (Avalanch, Gräce, Alquimia, Amadeüs) prestando su voz a personajes principales dentro de la trama.
La agrupación Reylobo atiende a Cresta Metalica para contar todos los detalles que involucran la creación de su disco debut El Octavo Pecado. También explican cuál es el estilo musical que practican y sus influencias. También expresan su deseo de venir a Latinoamérica cuando cesen las restricciones de la pandemia que impiden viajar.
CM:Reylobo es una banda bastante joven ¿cómo describen ustedes su estilo musical?
Reylobo: A pesar de que intentamos no cerrarnos a lo que nos pueda aportar cualquier estilo dentro del género, tal vez lo que mejor nos pueda definir es el Power Metal Melódico. Intentamos resaltar sobre todo la transmisión del mensaje con la música, que enlace bien con lo que queremos contar, por eso creemos que no hay que tener miedo alguno en experimentar en la búsqueda de crear la composición tal como la sentimos.
CM: ¿Cuándo nació la idea de grabar un disco conceptual como “El Octavo Pecado” basado en la existencia de la vida después de la muerte? Es un tema bastante complejo.
Reylobo: El proyecto de El Octavo Pecado es el inicio de éste viaje musical en el que nos hemos sumergido. Tras un periodo de reflexión y formación, Pedro Gallego y Nacho Fernández se pusieron de acuerdo en componer un álbum conceptual, lo cual era un proyecto que desde hace muchos años tenían en mente. Aunque pudiera parecer que nos metimos en algo muy ambicioso y complejo para ser el álbum debut de la banda, realmente el desarrollar un tema tan trascendental, intentar que nuesta música haga pensar al público, y desarrollarla a la vez con todo el cariño y respeto del mundo, aunque fuese una apuesta fuerte, es lo que día a día nos ha dado fuerzas e ilusión para madurar y evolucionar los temas hasta lo que son a día de hoy.
CM: Para crear “El Octavo Pecado” ¿qué vino primero las letras o la música?
Reylobo: Las letras. Una vez pensado el concepto, hablada y desarrollada la historia de forma general, la estructura y orden del disco, y los distintos temas a tratar, iniciamos la composición a través de las letras y su organización interna, dando muchísima importancia a como cuenta lo que quiere narrar, como enfatizar los momentos clave para buscar la emoción del oyente, y como no salirse del hilo conceptual a pesar de tener que funcionar de manera independiente la canción. A partir de ahí, con ese sentido en las manos, trabajamos la música que tiene que ir arropando esas letras y su mensaje, y va creciendo la canción con cada instrumento buscando siempre sumar.
CM: ¿Cómo fue el proceso de composición de los temas que conforman el disco? Estamos en presencia de una producción ambiciosa.
Reylobo: Un poco al hilo de lo contestado en la pregunta anterior, ese ha sido el mecanismo. En todo momento ambos compositores hemos estado en comunicación continua y a una con el proyecto. Nos conocemos desde la infancia así que no nos cuesta mucho poner ideas en común. Una vez desarrollado el concepto y como queríamos contarlo, así como los detalles que queríamos introducir, vamos desarrollando los temas por separado empezando por las letras con la melodía de voz, y desde ahí vistiéndolas con la música.
Desde ese núcleo, que es el concepto y el viaje de nuestro protagonista, podemos hacer zoom en cada tema para contar dentro del mismo otras cuestiones que nos inquietan y de las que queremos hablar, como son los medios de comunicación, la soledad, la lucha por los sueños, etc., porque las canciones tienen que poder escucharse de forma independiente además que de forma global. Por supuesto, la ésta forma de componer da lugar a que el disco en si va evolucionando y las canciones no se componen de una en una, aunque con alguna vayamos más rápido que con otras, tenemos claro que es un proyecto vivo hasta el último momento, en el que el álbum al completo está compuesto.
CM: En los discos conceptuales a veces no es fácil mantener la atención y el interés del oyente desde la primera hasta la última canción. ¿Cómo lograron hacerlo con El Octavo Pecado?
Reylobo: Bueno, supongo que en El Octavo pecado te damos un buen giro nada más comenzar, con la canción instrumental “Final” ya podemos ver que nuestro protagonista ya nos está entre nosotros, por así decirlo. Intentamos crear un relato que mantenga el suspense. Nos encontramos en un mundo del que sabemos que no es nada de lo que esperábamos de lo que hay más allá de la muerte, y vamos adentrándonos buscando el lugar al que debemos llegar.
Por el camino vamos a encontrarnos distintos personajes, y cada uno va a reflejar un pecado de la humanidad, ya sea por ellos mismos o por sus historias, eso también da juego. Llegando al final nuestro protagonista va a desvelar cuál es el Octavo pecado, que se refleja en él mismo. Y terminaremos con un epílogo que da respuesta al camino que ha hecho nuestro protagonista, todo ello intentando que cada cual pueda hacer las canciones suyas y dar sus propias respuestas. La estructura del relato ha sido muy importante para nosotros, así como introducir detalles y giros que puedan dar juego al oyente.
CM: ¿Cómo se dio la participación de Alberto Rionda y cómo les fue trabajando con él?
Reylobo: Pedro ya tenía relación con Rionda, había dado clase con él y había asistido a algunos eventos en su estudio. Cuando teníamos compuesto el álbum decidimos que para pulirlo y perfeccionarlo necesitábamos la mano de un maestro, y no podía ser otro que Rionda, al que siempre hemos admirado. Nos pusimos en contacto y le presentamos el proyecto. Rionda nos confirmó que se sumaba al proyecto y nos dio su apoyo.
Todo lo que teníamos organizado para las grabaciones finales se vino un poco abajo a causa del confinamiento, no obstante debido a la ilusión y fuerza que teníamos en ese momento decidimos buscar la forma de hacerlo en plena pandemia. Desde su estudio Rionda al pie del cañón en todo momento, día a día a pesar de la distancia, nos guio para hacer la grabación lo más perfecta posible, pasando todo por sus manos. Esta forma de grabación, a pesar de ser distinta, ha sido beneficiosa en ciertos aspectos, hemos tenido mucho tiempo y relación con nuestro productor para diseccionar los temas, todo un verano puliéndolos; y hemos aprendido muchísimo más que en el caso de haber grabado de la forma tradicional.
CM: Comenten un poco sobre el papel que jugaron músicos invitados de la talla de Isra Ramos, Manuel Ramil o Rafael Lázaro.
Reylobo: Cuando presentamos la maqueta a Alberto, los teclados de la maqueta eran bastante básicos, habida cuenta que no teníamos teclista, así que Alberto nos puso en contacto con Manuel Ramil, al que considero uno de los mejores teclistas del género, y dotó todo el álbum con una profundidad y personalidad para mi gusto increíble, y sin perder un ápice la esencia de los temas.
La canción Dogma desde el inicio está planteada para tres voces, porque la cantan tres personajes que ya han aparecido anteriormente en la historia (El Olvidado, Sidonie, y El hombre inquieto). Las líneas de voz y la letra se prepararon con mucho cariño diferenciadas para cada uno de esos personajes. Personalmente admiro muchísimo a Israel Ramos y quería darle la voz de mi personaje favorito del disco, El hombre inquieto. Para Sidonie Alberto nos puso en contacto con Sonia Rubín. Las tres voces se unen en el estribillo para desvelar uno de los secretos concernientes al nombre del disco.
También colabora con nosotros Rafael Lázaro, del grupo Red Balance, que aporta el solo final en el tema Sidonie, dando la guinda a la balada. Riondaparticipa también en la balada con el solo acústico central del tema. Todos los colaboradores se han interesado mucho con el proyecto y han hecho un trabajo formidable. Ha sido una experiencia maravillosa.
CM: Ya que es una obra conceptual ¿Tienen pensado realizar un show vía streaming para tocar el disco completo?
Reylobo: Tal como está la situación actual en el mundo del arte sí que es algo que tarde o temprano tenemos que valorar. Para nosotros lo ideal y lo que queremos es poder ofrecer El Octavo Pecado al público en directo, y que las vibraciones puedan transportarlos a nuestra historia. El día 30 de mayo se nos ha dado la oportunidad de presentar el álbum en Madrid en la Sala Rockville, en un concierto conjunto junto a nuestros compañeros ECO, por supuesto cumpliendo todas las medidas de seguridad y con aforo reducido. Prometemos dar un espectáculo inolvidable. En cuanto al show vía estreaming, depende de cómo avance la solución tenemos que hablarlo, ya que nuestro fin último con el disco es poder compartirlo con el público.
CM: Temas como “La Jauría Humana” son rápidos y potentes, en cambio “Rebelión” es más progresivo con cambios de tiempo. “El Hombre inquieto” es más power metal y en cambio “Sidonie” es una balada. Hay mucha diversidad en el disco. ¿Cómo lograron darle tanta variedad al disco?
Reylobo: En primer lugar, por el sistema de composición. Como ya comentaba, las canciones surgen del concepto y la letra en primer lugar, el sentimiento con el que queremos contar algo y la atmosfera, por ello supongo que dependiendo de cómo queramos expresar un tema u otro es inevitable que aparezcan distintos estilos. Por otro lado, teníamos muy claro que queríamos que las canciones tuviesen cada una personalidad propia, por eso no nos cerrábamos a un estilo y punto. Eso sí, además de esa personalidad propia de cada tema Reylobo tiene que tener su esencia propia, por eso cuidamos también que a pesar de movernos entre varios estilos no perdamos la esencia.
CM: Cuando pasen las restricciones del Coronavirus para poder viajar ¿piensan girar por Latinoamérica? La música de ustedes tiene muchas posibilidades.
Reylobo: Nos encantaría, desde que dimos a conocer el disco y a la banda son muchas muestras de cariño y apoyo que nos han mandado desde Latinoamérica. Nos sentimos muy arropados cada vez que charlamos con la gente de allí, y teniendo tal amor por el heavy metal es imposible que no acabemos tocando en directo para nuestro público latinoamericano.
CM: ¿Conocen Venezuela? ¿Han escuchado alguna banda de rock venezolana que les haya llamado la atención?
Reylobo: Me vienen a la mente Arkangel, que sé que llevan muchos años y he escuchado algunos de sus discos. Si no me equivoco, Cronos sacó un disco hace un año o así, también los hemos escuchado. Un fuerte abrazo y muchas gracias por ésta oportunidad. REYLOBO.