Buenas noticias para los fanáticos del death metal de la vieja escuela: «Scriptures» no solo es una muestra casi perfecta de lo que Benediction significa para la cultura de este género extremo, sino una declaración de que incluso cuando firmas con un sello grande como Nuclear Blast y tratas de mantenerte relevante después de más de 30 años, puedes seguir tus raíces sin comprometerte por la fama y el resultado también puede ser este: uno de los mejores álbumes de metal extremo de 2020. Una leyenda nunca muere y esta veterana agrupación británica es prueba de ello.
Hay bandas que transitan más allá del bien y del mal, rompiendo barreras de la crítica, y logran ser aceptadas y celebradas por todos por su extrema calidad e impecable discografía. Benediction es uno de los pocos que encaja en este molde en el género del death metal, habiendo lanzado clásicos inmortales como ‘The Grand Leveler‘ (1991) y ‘Transcend The Rubicon‘ (1993). Los británicos han estado inactivos durante 12 años, pero ha valido la pena la espera, porque regresaron con un disco de alto nivel como «Scriptures«, rescatando esa maravillosa vibra de la vieja escuela que solo los grandes pueden lograr.
Con el regreso del cantante Dave Ingram (Down Among the Deadmen, ex-Bolt Thrower) y la incorporación de Dan Bate (bajo) y Giovanni Durst (batería), el dúo de Peter Rew y Darren Brookes reunieron un all-star para aplastar todo a su paso y entregar una vez más una obra maestra de puro y clásico death metal, mostrando a las nuevas generaciones como se practica este estilo.
En este disco Benediction ofrece un poco menos de velocidad y un poco más de pesadez en su sonido. Temas como “Progenitors of a New Paradigm” y “In Our Hands, the Scars” sacan lo mejor de este death al estilo británico, con muchos pasajes de medio tempo y riffs increíbles. Sin embargo, la velocidad aumenta, especialmente en canciones más variadas como «Embrace the Kill«. La voz de Ingram se roba el show en esta canción en particular, que va desde un gruñido más bajo hasta una línea vocal extremadamente enojada, que agrega aún más caos y destrucción a una experiencia ya brutal.
«Scriptures» bebe de la misma fuente que los grandes álbumes de Benediction de los años 90´s, lo que significa un death metal crudo con destellos de ese estilo extremo característico de bandas como Bolt Thrower y Asphyx. Quizás el mejor ejemplo de esto sea “We Are Legion”, un tema lleno de matices y tempos diferentes. Desde riffs contundentes hasta momentos feroces, es una manera perfecta de cerrar un regreso por todo lo alto.
La producción y la mezcla son geniales, algo que esperarías de un profesional de experiencia y alto nivel como Scott Atkins, conocido por su trabajo con bandas de la talla de Cradle Of Filth. Todos los instrumentos se escuchan fácilmente, la voz de Ingram es clara y percibe sin problemas, la atmósfera hace que el álbum suene al mismo tiempo en capas, completo, moderno, analógico y orgánico. Sin duda un discazo que vale la pena tener en las colecciones de los fanáticos del metal extremo.