Las bandas jóvenes que quieren revivir el buen rock and roll de los 60 y 70 están haciendo un buen trabajo y Nuclear Blast Records parece darse cuenta de la importancia de este hecho, porque las fichan y las apoyan, una de ellas es Blues Pills que le ha dado un poco de alegría a este trágico 2020 con su nuevo disco “Holy Moly!”, una buena dosis de rock and roll, blues-rock y psicodelia con toques modernos. En corto tiempo han subido como la espuma y es que en realidad tienen el don de revivir el sonido de esas décadas.
En el centro de su sonido garage-rock de los 60 se encuentra su impresionante e influyente vocalista Elin Larsson, cuya voz es poderosa y altísima, llena de determinación que obliga al oyente a prestar atención y realmente asimilar lo que tiene que decir. Sin duda ella es la columna vertebral del grupo. Directamente desde el himno de apertura del orgullo “Proud Woman”, te haces una idea de lo que es la banda y Holy Moly!. Es la pista perfecta para comenzar el álbum y haría que incluso el más varonil gritara el coro a todo volumen sin dudarlo, porque es realmente pegajoso.
El bajo retumba a la velocidad de Motorhead a lo largo del tema “Low Road” con un estribillo contagioso. Cada canción muestra su capacidad para abrirse paso y dominar con su interpretación inspirada en Janis Joplin. El trabajo de batería de Andre Kvarnstrom, pese a que es eclipsado por las voces, brilla por el impacto de los ritmos sólidos y los ritmos ajustados y concisos, muy a lo Ginger Baker – Mitch Mitchell y este tipo de bateristas de la época.
“Rhythm In The Blood” muestra muy bien el trabajo de bajo de Kristoffer Schander, con sus distintos efectos estilo años 60 y le queda genial. “Song From A Mourning Dove” presenta un suave trabajo de guitarra de Zack Anderson muy elocuente. Cuenta con los segmentos más largos sin Elin cantando, mostrando la valía instrumental del grupo, sobre todo Zack quien cuando quiere puede ser elegante y pasar de un momento a otro a sonar pesado y agresivo.