Soilwork quiso dejar huella este años y lo logró con su último EP «A Whisp Of The Atlantic», el cual sorprendentemente, siendo un EP, supera a algunos de sus LP anteriores. Claro, tiene aproximadamente tres cuartas partes del tiempo, pero lo que le falta en duración lo compensa con variedad y participación. Realmente, esta nueva obra maestra del death metal melódico contiene algunos de los materiales más ambiciosos de la banda, lo que la convierte no solo en una de sus producciones más ambiciosas, sino también en uno de los mejores lanzamientos de 2020, evidenciando que a veces no es la cantidad, sino la calidad. Queda claro también que Bjorn Strid es uno de los mejores cantantes del planeta, no solo en lo agresivo, también explorando otras facetas de su repertorio vocal.
Pero este EP va más allá del death metal melódico, porque hasta pudiera decirse que es death metal progresivo. El tema-título está inspirado por el rock progresivo de los años 70, inclusive hay pasajes que tienen unas trompetas de fondo que suenan maravillosas. También trata sobre la compleja problemática social que enfrenta el mundo en la actualidad. David Andersson es un fabuloso compositor y le dieron un gran uso a esas inspiraciones y declaraciones al crear una secuencia completamente hipnótica que no puede evitar ser cautivante y adictiva. El sonido de las guitarras también es envolvente.
Teniendo en cuenta que es tres veces más larga que el resto de las canciones del EP, el tema-título es el mejor de todos; su diversidad inesperada y su encanto resistente lo convierten en una de las epopeyas secundarias más fuertes que el género haya visto en varios años. Comienza de la manera tradicional de Soilwork yuxtaponiendo una catarsis atmosférica, encabezada por un cautivador motivo de teclados que da partida a un caos desenfrenado con las guitarras y la voz de Bjorn.
Agresividad y melodía chocan tan suave e irresistiblemente como siempre en esta impresionante canción, lo que resulta en una gran cantidad de fascinantes guitarras y melodías vocales. Pero el clímax llega aproximadamente a la mitad del tema, cuando un pasaje introduce un toque de jazz clásico en el ambiente. A partir de ahí, el arreglo anterior regresa, con variaciones dominantes, para completar el círculo. Al final, hay pocas dudas de que «A Whisp Of The Atlantic» representa a Soilwork en su forma más luchadora y multifacética.
Afortunadamente, las canciones restantes también son de alto nivel, como los elementos sinfónicos de los despiadados y brutales “Feverish” y “Desperado”. Por el contrario, «Death Diviner» y «The Nothingness And The Devil» se sienten más como una melodía clásica de heavy metal de los años 70 o 80, debido a los riffs de guitarra, el ritmo constante y los estruendosos versos. Cuando todos estos temas se combinan, enseñan el espíritu de aventura y versatilidad que ha adoptado Soilwork.