Vaya que grata sorpresa ha sido el tercer disco de la banda Otra Cara, titulado “El valor del tiempo”, que lleva al oyente por un viaje de 10 excelentes temas que tienen como base el rock alternativo más ambicioso y que fusiona elementos de metal melódico. Hay muchas influencias del rock de los 90 pero también la música propone una mirada hacia el futuro. Lo mejor es que ofrecen variedad y no se quedaron estancados bajo la sombra de ninguna etiqueta, y eso se agradece.
Otra Cara es una banda conformada por Jesús Pina en la voz, Raúl Medina y Javier Medina en las guitarras, Francisco Carella en la batería y Pablo Steiner en el bajo, y fundada en Torrejón de Ardoz (Madrid) a principios del año 2000. Cuenta con 18 años de trayectoria en los que han producido tres álbumes de estudio: Incompatible (2009), Seguir Soñando (2015) y ahora El Valor del Tiempo (2018), que sin duda es su apuesta más ambiciosa que los impulsará a alcanzar nuevos objetivos.
Este quinteto supo muy bien cómo sacarle provecho a todos sus recursos instrumentales, no es solo un disco que sobresalga por sus melodías o por las letras, destaca muchísimo la complejidad musical, el nivel de composición y el dominio de cada instrumento. Claro que la emotividad de la voz de Jesús Pina también juega un papel preponderante, con una forma de cantar muy honesta y realista, casi histriónica.
Las influencias musicales de grupos como Sober o Hamlet se hacen presentes, así como algunos guiños a los Héroes del Silencio y bandas norteamericanas de la movida alternativa de los años 90, pero eso sí: sin imitar y desarrollando su propia voz, con un estilo y un sonido que es suyo, algo que le cuesta a muchas agrupaciones, lo que reviste un gran mérito para Otra Cara.
La producción estuvo a cargo de Pablo Domínguez, la mezcla la hizo Alex Cappa y fue masterizado por Mike Kalajian, un trío que le dio buenos resultados al disco, logrando un sonido muy maduro y balanceado, nítido y vieja escuela al mismo tiempo. La disquera Warner Music España les dio la confianza y ya se deben haber dado cuenta que valió la pena porque ahora tienen una producción de alta factura, por parte de una banda a la que todavía le queda mucho tiempo para hacer buena música.
Por: Roberto C. Palmitesta R.
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