Luego de 5 años de espera, Nightwish finalmente lanza su noveno álbum de estudio titulado Human. :II: Nature, a través de Nuclear Blast Records. Quizá no sea el disco más “metal” de la banda, mucho menos al más pesado o de enfoque musical directo; tampoco es tan complejo como su predecesor Endless Forms Most Beautiful lanzado en 2015. Quizá sea un punto intermedio, lo cierto es que su música es fascinante con ese toque sinfónico-cinematográfico que caracteriza la etapa post-Tarja.
Human. :II: Nature es un disco doble, el primer contiene 9 canciones que abarcan casi 51 minutos de duración; el segundo, contiene siete pistas netamente orquestales e instrumentales que suman 31 minutos, conformando un tema conceptual, que sin duda evoca el estilo soundtrack… es una obra de música sinfónica contemporánea, no es rock, tampoco es para todos los gustos, pero es una apuesta interesante por parte de una agrupación que sabe componer muy bien.
El disco demuestra que quizá Floor Jansen sea una de las mejores cantantes de rock de toda la historia del género y quien no lo haya tenido claro, con este disco ahora lo tendrá. También resalta el hecho de que el líder de Nightwish, Tuomas Holopainen, luce todas sus cualidades como un tecladista hecho para los detalles, para los arreglos, para la belleza, más que para impresionar o hacer solos. Demuestra igualmente sus cualidades como compositor principal en diversos estilos musicales.
Music comienza con gran sutileza y la magia conjunta de la voz de Floor con el teclado Tuomas, la melodía es cautivante, y en contraste la guitarra de Emppu hace maravillas, recordando que él también es parte importante del sonido de la banda.
Noise es más pesada y agresiva, rápida y con guitarras que enganchan, el bajo de Marco también se hace sentir y el teclado de Tuomas es omnipresente como siempre. Esta canción es ideal para mover las masas en los conciertos. Además tiene un toque oscuro que la hace aún más intrigante y los arreglos orquestales ponen la guinda a una de las mejores canciones que Nightwish jamás haya grabado. Solo este corte merece adquirir el disco.
Shoemaker es una obra sinfónica fascinante y llena de detalles, el trabajo coral es majestuoso, aquí la orquesta se roba el protagonismo. Sin duda una bella composición de esas a la que Nightwish nos tiene acostumbrados. Lo mismo sucede con Pan, solo que es más pesada y rápida, donde se luce el baterista Kai Hahto, quien de esta forma grabó su primer disco como baterista oficial de la banda.
Harvest tiene un toque folk que contrasta con todos los temas anteriores, allí luce la voz de Troy Donockley, quien se combina con Floor con mucha elocuencia. Además Troy hace de las suyas con sus diversos instrumentos de viento.
Procession es un tema suave y melancólico, una balada al estilo Nightwish, donde Tuomas tiene un rol estelar con un trabajo minimalista en los teclados, acompañado en algunos segmentos por los “pipes” de Troy más la voz de Floor empleada en son de lamento.
Tribal está marcada por la fuerza y la pasión de Floor, haciendo un despliegue de todo su repertorio vocal, sostenida por una base rítmica de bajo y batería que resuenan con fuerza. Las guitarras suenan graves porque esta es otra de las canciones más pesadas del disco, aunque los ritmos van marcados por una marcha tribal en algunos segmentos. Quizá también sea el corte con más percusión del disco y eso le da un toque exótico.
En Endlessness le vuelven a dar la oportunidad a Emppu de que se brille con su guitarra y él lo aprovecha al máximo, regalando hermosas melodías guitarreras y unos riffs llenos de fuerza, que se alían con la voz de Marco quien canta con el halo de misterio que lo caracteriza.
El disco 2 está conformado por la obra para orquesta titulada All the Works of Nature Which Adorn the World, dividida en siete partes. Tenemos aquí una joya de música sinfónica contemporánea que al mismo tiempo pudiera ser la banda sonora de cualquier película de ficción o fantasía. Un autentico lujo este segundo disco para quienes también disfrutan de las obras sinfónico-corales.