Lo que comenzó como un proyecto ahora es una banda consolidada que durante 2018 sacudió al mundo con su segunda entrega: Vol II Power Drunk Majesty. El all-star conformado por conformado por Dave Ellefson, Alex Skolnick, Mike Portnoy y Mark Menghi editó su segunda parte, más ambiciosa que la primera en lo que a estructura de composición se refiere. Podría decirse que es una celebración del thrash metal de los 80, pero con marcada presencia del heavy metal clásico más elementos del Groove moderno. Esta vez contaron con invitados de la talla de Trevor Strnad, John Bush, Bobby “Blitz” Ellsworth, Mark Tornillo, Johan Hegg, Max Cavalera, Floor Jansen, Mark Osegueda y Troy Sanders.
El disco abre con The Acuser, una declaración de guerra que advierte lo que vendrá durante todo el disco: thrash y heavy metal directo y poderoso. Las rítmicas de este tema lo convierten en un himno del thrash quien bien pudo haber sido grabado en los años 80 y más que adecuada la selección de Trevor Strnad como vocalista; los solos de guitarra son para el deleite de quienes disfrutan el mejor shred aunado al metal. Le sigue Bound by silence con John Bush en el micrófono y vaya que grato resulta escuchar nuevamente a este gran cantante con una banda como Metal Allegiance, ojalá en 2019 puedan hacer algunos shows con él; aquí además resaltan los solos de bajo bien ejecutados y adornados por el empleo de pedaleras.
No hay respiro con el tercer tema Mother of Sin en el que participa el indestructible Bobby Blitz y donde la música adopta un toque industrial muy adecuado, con ese sonido del bajo tan cabilla que es tan característico de este tipo de música, mientras Portnoy castiga su batería sin piedad con ritmos veloces y atravesados, pero subiendo y bajando la velocidad a su antojo. El tema Terminal Illusion se aproxima más al heavy metal clásico y oscuro, por ello fue apropiado ponerle la voz del alemán Mike Tornillo, quien se apoya en guitarras bien afiladas y virtuosas para brindar una gran interpretación, además de un trabajo encomiable por parte de Portnoy quien luce todos sus recursos y habilidades como baterista.
Muchos fans se han preguntado cómo sonaría la voz del vikingo sueco Johan Hegg en otra tendencia distinta a la del death metal y en este disco, en la canción King with a Paper Crown nos podemos dar el gusto de escucharle cantar thrash y vaya que le queda muy bien. Si vamos a hablar de Groove, toca el turno al tema Voodoo of the Godsend, que si bien tiene un Groove muy oscuro, algunos toques de bandas como King Diamond (especialmente por las guitarras) y hasta elementos de percusión latina-tribal, pero entonces… ¿quién mejor para cantar este pieza que Max Cavalera? ¡Así es! Mejor imposible.
Para Liars & Thieves fue acertada la decisión de invitar a Troy Sanders, porque si bien es un thrash más moderno, también tiene guiños a la banda originaria de Sanders: Mastodon. Aquí los riffs de guitarra son un deleite, igual el sonido palpitante del bajo. Impulse Control comienza con solos de bajo que conducen a un ritmo frenético y segmentos breves de prog-metal, más el añadido de contar con un invitado veterano en este tipo de batallas: Mark Osegueda.
Cierran Power Drunk Majesty I y II, piezas con las que la banda demuestra su altísimo nivel compositivo, así como su compenetración y cohesión como equipo; son dos joyas bien logradas y que resumen todo lo que es capaz de hacer Metal Allegiance; la guinda y el broche de oro lo pone la espectacular voz de la radiante Floor Jansen, quien sorprende con una interpretación magistral, adentrada al heavy metal que la separó de su zona de confort.