Delain es una banda que merece la fama y el reconocimiento del que gozan Nightwish y Epica. Como creación del ex tecladista de Within Temptation, Martijn Westerholt, el quinteto de metal sinfónico holandés Delain se enorgullece naturalmente de los arreglos elegantemente lujosos y las canciones cautivantes que gestaron en este nuevo disco. Después de todo, la vocalista principal Charlotte Wessels, que ha estado allí desde el LP debut de 2006, “Lucidity”, se encuentra fácilmente entre las mejores cantantes de la escena (sino la mejor, aunque no tiene la popularidad de Simone o de Elize), pero en esta producción deja claros sus dotes vocales.
Pero no todo gira en torno a la voz y el carisma de Charlotte o de las composiciones de Martijn. El guitarrista Timo Somers, el bajista Otto Schimmelpenninck van der Oije y baterista Joey de Boer han ayudado a solidificar un sonido muy característico que se hace más fuerte ahora. No es de extrañar, entonces, que su último disco, “Apocalypse & Chill”, sea considerado como su principal creación hasta la fecha y uno de los mejores discos de rock-metal de 2020. Hay quienes discreparan y consideran sacrílega esta afirmación, debido a su base de pop – rock amigable con la radio en algunos temas, elevada por la intensidad y complejidad del género, que es bastante tentadora.
Uno de los atributos más fuertes de Delain siempre ha sido su atractivo directo, y «Apocalypse & Chill» definitivamente no decepciona allí. Entre las melodías más contagiosas se encuentra el abridor «One Second«, que comienza con melodías angelicales y notas de piano para preparar el escenario para una fuente inagotable de letras sentimentales, riffs trepidantes, ritmos apasionantes y estrofas y coros poderosos.
La siguiente canción, «We Had Everything«, es igualmente atractiva y accesible, pero con un toque más aireado y agridulce para yuxtaponer sus estallidos afectivos de cánticos sintéticos. Más tarde, «To Live Is to Die» se acerca un poco más a la locura tonal elegante y las fluctuaciones dinámicas del metal progresivo, con la contundente interpretación de Wessels, junto con un rugiente solo de guitarra doblada cerca del final. «Let’s Dance» tiene la densidad, el enfoque y la elegancia de todo lo hace deseable a la música de estos holandeses. La balada «The Greatest Escape» es elegante y sofisticada, y no puede evitar hipnotizar a medida que avanza.
Todo el disco es genial y Delain enfatiza pasajes más infernales y difíciles como en «Burning Bridges«, que se mueve a un ritmo rápido mientras canta una orquestación en auge (cuerdas y cornos), gruñidos demoníacos y una sensación general de frenesí de múltiples capas. A continuación, «Vengeance» hace un buen uso del cantante invitado Yannis Papadopoulos (Beast in Black) como complemento de Wessels. «Masters Of Destiny» contiene algunos cambios de temperamento magistrales y guitarras muy sólidas. “Legions Of The Lost” contiene suficiente respaldo coral profundo para una demostración de emotividad. “Combustion” es un instrumental lleno de virtuosismo y habilidad compositiva para cerrar una obra de alta factura.