Supuestamente se había retirado, pero (y estoy especulando) a lo mejor dijeron que no lo habían dicho “adiós” de la forma apropiada, entonces se lo pensaron y lanzaron esta joya para salir por la puerta grande, creo que es el mejor trabajo de la banda desde que Steve Morse ingresó en la guitarra a mediados de los años 90 y estoy hablando de “Whoosh!”, un disco seguro, maduro y soberbio, donde todos los componentes brillas juntos y por separado, demostrando que siguen siendo una de las bandas más importantes de la historia del rock.
Después de “¿Now What?” (2013) e “Infinite” (2018), “Whoosh!” es el tercer álbum consecutivo que Deep Purple ha hecho con el productor Bob Ezrin y vaya que ha funcionado la fórmula, porque los tres son fantásticos, pero sobre todo este último es el cierre ideal a la trilogía y a toda una carrera de más de 50 años. Esta nueva producción, posiblemente el disco del año 2020 del género, ilustra el sonido de una banda haciendo música sin restricciones ni presiones, divirtiéndose sin escuchar los comentarios de nadie, solo a ellos mismos, con la sabiduría adquirida durante 5 décadas y con la claridad de saber que no tienen nada que demostrar a estas alturas.
Esta producción está llena de diversidad musical y no hay repetición de fórmulas. El single abridor del LP, «Throw My Bones» y la última pista, “Dancing In My Sleep”, casualmente presentan riffs con toques de funk y eso se disfruta, pero además de eso no hay dos canciones iguales, con la banda lo suficientemente segura y madura como para luchar por la variedad y aun así producir un todo cohesivo durante 13 canciones. Hay reminiscencias a su pasado glorioso de los 60 y 70, pero sin anclarse al pasado, más bien con un sonido maduro, moderno, sólido y hasta progresivo en algunos cortes.
Hay un trabajo en equipo con una sinergia casi utópica, pero quizá Don Airey sean quien sobresalga, porque su estilo es más hacia el progresivo y el heavy. Por ejemplo en «Power Of The Moon» es un tema atmosférico y misterioso, con un break estelar en Hammond de Don Airey, quien insisto suena diferente en cada track. En cambio el otro single promocional, “Man Alive”, es más rockera en el que Ian Gillan reflexiona sobre «la naturaleza transitoria de la existencia del hombre» e incluso realiza algunos interludios de palabras habladas. El segmento instrumental “Remission Impossible” sorprende con su virtuosismo que bebe del progresivo.
La labor del capitán Ian Paice, el único púrpura que ha tocado en todos los LP del catálogo púrpura, ayuda mucho a que cada canción tenga fuerza y además es fantástica la forma en que suena su kit, grabado y producido con liderazgo, lo mismo le pasa al bajo de Glover, con un grosor sonoro que captura y arrastra. Por otro lado, cada vez que el guitarrista Steve Morse toca un solo, sube la canción a otro nivel.
Ian Gillan es un duro, hizo caso omiso a las múltiples críticas de quienes decían que debía retirarse y más bien aprendió a usar su voz de otra forma, sin recurrir a los agudos y aquí demuestra ser todo un maestro, mucho después de que algunos lo hubieran descartado. Pero además cantante ofrece letras que combinan la crítica y lo cómico. Su puñalada a la política en una canción como “No Need To Shout” es más que adecuada.
Airey demuestra su clase a cada rato, como el trabajo de piano en “What The What”, que se remonta a la era del rock’n’roll, mientras que “Step By Step” es más heavy y oscura. Quizá la canción que más guste sea “Nothing At All”, pegajosa, cautivadora, con guitarras emocionantes, teclados a la vieja escuela y donde el bajista Roger Glover está desenfrenado, mientras Paice se le une, recordando que ambos simbolizan una de las bases rítmicas más efectivas y exitosas de todos los tiempos.
Como si no fuera suficiente, en el disco presentan una nueva y moderna versión del tema “And The Address”, el debut instrumental de «Shades Of Deep Purple» de 1968 (Paice es el único miembro actual que tocó en el original). Los días de los himnos de Purple pueden haber quedado atrás, pero aquí hay algunas canciones que pueden sorprender y capturar a la primera escucha, dando vida a nuevos clásico. ¿Disco del año 2020?.