Se viene presentando en el Trasnocho Cultural desde el 25 de octubre 2019
La filosofía ha tenido la particularidad de dar respuesta a grandes interrogantes que se le han suscitado al ser humano para entender lo que lo rodea, incluyendo el sistema de organización de las sociedades y su vínculo con el Estado. Esto lo esboza Aristóteles en su libro “La Política” cuando se refiere al hombre como un Animal Político.
Un concepto que hace alusión a la diferencia que hay entre los individuos y los animales, porque los seres humanos tienen la capacidad de establecer unas estructuras políticas que les permiten mejorar su estadía en el mundo.
Este pensamiento se ve reflejado en la pieza teatral de Jesús Farías, “Animal Político” que se viene presentando los fines de semana en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, desde el 25 de octubre 2019, y la cual plantea precisamente ese vínculo que existe entre la sociedad civil y la política.
La obra está siendo presentada bajo la dirección de Rafael Barazarte, y se encuentra ambientada en Nueva York en el año 1948, donde el ex mandatario de Venezuela Isaías Medina Angarita se reúne con el intelectual Laureano Vallenilla Lanz, tres años después de su derrocamiento, para hablar sobre la interpretación de la sociedad venezolana, las barreras nacionales que les impedían volver, la involución política y las huellas que deja el exilio en quienes lo experimentan.
Esto esboza lo que explica Elias Pino Iturrieta en un artículo de Prodavinci sobre el pensamiento de Vallenilla Lanz, en el que asegura que los venezolanos buscaban aferrarse a lo que les era familiar “para evitar el imperio de las instituciones de cuño democrático y liberal”.
Dado a que estaban acostumbrados al caudillismo y a los gobiernos militares, pese a que Isaías Medina Angarita, buscaba alejarse de esto dentro de su modelo político y pretendía exaltar más lo civil. Sin embargo, recibió un golpe de Estado un año antes de concluir su mandato, por razones de fondo.
Sin duda alguna, es una pieza dramatúrgica que muestra la historiografía del país y puede fungir como una analogía a las realidades y frustraciones políticas que aún existen, dando pie a la búsqueda de salidas.
Además, es un texto que incita a la cavilación, porque como todo arte, es un espejo de la sociedad.
Cuenta con la actuación de Juan Carlos Ogando como (Isaías Medina Angarita) y Germán Anzola como (Laureano Vallenilla Lanz), además con la producción de Queiroz Publicidad.
El director Rafael Barazarte nos concedió un espacio para realizar una entrevista exclusiva para Cresta Metalica, comentando sobre la obra:
CM: ¿Qué fue lo más complejo del montaje?
Rafael Barazarte: Yo creo que el entender y respetar la pieza desde su texto. El hacerle ver a los actores y al equipo que en la pieza no se podía hacer una gran escenografía, ni se podían estar moviendo de un lado a otro porque realmente la obra de teatro es una conversación.
Asimismo, entender que íbamos a tener un público muy cerca y que ellos tenían que percibir la sensación de frío o los sentimientos de los actores.
CM: ¿Consideras que el público debe tener un conocimiento a priori?
Rafael Barazarte: Tenemos dos públicos a lo largo de la temporada, uno que no sabe nada y otro que sabe demasiado. El que sabe demasiado por supuesto va a poder disfrutarla más, pero el que no sabe puede sacar provecho a algunas cosas, como por ejemplo ver el paralelismo que hay, conocer quién era Medina Angarita y de reivindicarlo.
CM: Partiendo de que la estética es el estudio de lo bello, lo bueno y agradable, ¿qué consideras que es lo más bonito de la pieza teatral?
Rafael Barazarte: La simplicidad, que la fuerza está en la palabra. Esto es lo más hermoso que considero de este montaje. Así como la poesía que tiene la misma escritura.
CM: ¿No te tocó las fibras la temática de la pieza teatral?
Rafael Barazarte: Claro, y eso es lo que nosotros los directores buscamos, que toque las fibras. Yo siempre me voy a reír con ironía, lo igual que estamos, lo que igual que él ve lo mal que esta Venezuela pero también es parte de ese desastre. Medina a mí me parece un personaje extraordinario.