Una de las pioneras de la movida femenina del rock en Venezuela quiere seguir dedicada a la música, como guitarrista y como empresaria

Andy Lorenzo es una mujer excepcional, una guerrera que desde muy joven se ha dedicado al rock y hasta el día de hoy, se ha mantenido leal a su ideal musical. Guitarrista de feeling y corazón, formó a la banda  TRANCE, la primera agrupación de rock en Venezuela con integrantes 100% femeninos y que lideró está movida durante los años 90.

Trance tocó en los principales escenarios del país y compartió tarima con bandas de gran prestigio, tanto nacionales como internacionales. Actualmente reside en Argentina, donde relanzó a Trance y participó en otros proyectos musicales.

Añora a su Venezuela natal, especialmente a Valencia, ciudad que la vio crecer como músico. Actualmente, además de su pasión musical, está dedicada a su rol de empresaria, a su hija Pamela y al activismo en defensa de los derechos de los animales.

Con mucho cariño y entusiasmo, esta luchadora de causas nobles, cuenta su deseo de volver a formar a Trance. También detalla los mejores recuerdos de su vida como músico en Venezuela y ofrece su visión de la movida rock en Argentina y Venezuela. 

¿Qué es lo que más recuerdas de tu carrera como músico en Venezuela con la banda TRANCE?

Andy Lorenzo: Es un honor enorme que aún nos recuerden y poder contestar esta entrevista, que es un placer, siempre me parecieron muy divertidas las entrevistas, es magnífico poder expresarse.

Recuerdo tantas cosas, todas como si hubieran sido ayer! Recuerdo como nacimos, lo puro de nuestra idea, el hecho de estar inocentes de lo que estábamos generando, y aún así luchar con tanta tenacidad. Recuerdo la amistad eterna que aún  nos une. El concierto grandote en el Forum, del Aniversario de Satélite, junto a tantas bandas increíbles, entre ellas LA MISMA GENTE. Ese día, se demoró la larga prueba de sonido, y como nosotras abríamos, abrieron la puerta del Forum y empezó a entrar tanta gente…..nosotras terminando la prueba sin cambiarnos ni nada, tocando Almas Libres, recuerdo como los rockeros, muchos más de los que pensaba entraron con los brazos arriba gritando ALMAS LIBRES!!! SOMOS ALMAS LIBRES!!!! ….me bajé llorando de la emoción y fuimos a cambiarnos llenas de electricidad. Cuando volvimos encima el sonido era estupendo, y recuerdo como la  fuerte vibración se sentía en la tarima y se metía por los pies.

Recuerdo tantos conciertos en muchas ciudades de Venezuela, junto a Paul Gillman, Centurion, Agatha, tantas bandas. Recuerdo la amada  ciudad de Barquisimeto, donde una torre de iluminación me cayó en la cabeza y nuestro manager de ese momento Jorge Ortiz, él estaba intentando protegernos de una situación que se presentó en la tarima, recuerdo que todo tembló y que por fin ese solo me estaba saliendo bien! (risas) , y de pronto ¡todo negro!. Mayerling puso sus manos evitando que me partiera la cabeza con el monitor, Rebeca tiró los platillos muy molesta, y Mariam se quedó en Shock. La gente, siempre noble, empezó a cantar “Levántate y Pelea!” mi canción favorita de Paul Gillman y me desperté, me paré y empecé a dar como un mitin por el micrófono, porque mientras hiciéramos ciertas cosas, íbamos a tener todo en nuestra contra y destruirnos entre nosotros, no tiene nada que ver con la rebeldía real.

Recuerdo las canciones, las grabaciones que hubiésemos querido terminar mejor, nuestra segunda etapa con Alcimar, Giselle y Jesús, y contigo Roberto como manager durante un tiempo. La participación de Wilfredo Limonta en el bajo en el Melomaniac. Los ensayos con Jesús sonaron mejor que nunca y recuerdo especialmente el CD que hicimos del tema  FLy on the wall dedicado a una mosca que había en la pared en uno de los últimos, ensayos. Recuerdo el especial concierto en Maracay donde nos despedimos para siempre, la emoción de tocar Juana de Arco. Recuerdo el apoyo de tantos programas de radio, entre ellos Escenarock y Cresta Metálica. El honor de abrirle a Rata Blanca, los desacuerdos, los acuerdos, los aprendizajes, la conexión, la gente, que aún pide nuestro cassetico y el disco que aún nos hubiese gustado editar.

También recuerdo a Talisman, ((Ivor, Igor, Wilfredo y durante un tiempo Jose Gregorio Altamiranda, Jenny Ziangos, Edison, Juan Carlos, Spindolla y Mariam), parte tan importante para mí como Trance, sonaba increíble, y como decía Ivor, nuestro baterista, había como un cordón de luz, que nos unía a los 4 en el escenario, recuerdo nuestros conciertos en Mérida en particular, en el Tulio Febres Cordero donde ganamos el segundo lugar de un importante Festival, donde el Metal y el Rock Contemporáneo, Pust Punk, Grunge y Alternativo estaban unidos y finalmente convergían. Recuerdo el CD en el que participamos por la iniciativa de Andrés de ADN con la mezcla de Pingüino Echezuría. La caminata en la noche por Mérida, los 4 de la mano con los ojos cerrados, rumbo al concierto, sin que nada más importara, fusión de almas, da buena fusión musical, los desayunos en el mercaito principal de Mérida y luego a volver a manejar 800 Km a Valencia para ir a trabajar.

¿Consideras que TRANCE es una de las bandas pioneras del movimiento de rock femenino en Venezuela?

Andy Lorenzo: Si, aunque no estábamos conscientes de ello ni cuando armamos la banda ni lo estuvimos en toda nuestra primera etapa, era un asunto con muy poco ego y mucha pasión, pasión inocente, rebeldía verdadera, contenido real sin máscaras.

Ya tienes varios años viviendo en Argentina, donde hay una movida rockera muy variada y activa. ¿Has logrado concretar algún proyecto musical en Argentina?

Andy Lorenzo: Relancé a Trance acá, y duró unos 3 años, no tocamos mucho en vivo, pero grabamos algunas canciones nuevamente y quedaron muy bien, aprendí bastante y también sufrí.

Posteriormente, armé un proyecto llamado ALIAH, que es el mismo nombre de mi emprendimiento personal, ya que esa palabra significa mucho para mí. Tocamos pocas veces también, pero llegó a sonar súper bien.

¿Existe la posibilidad de que algún día TRANCE vuelva a formarse?

 Andy Lorenzo: Siempre existe, me encantaría que Trance se reuniera y todas nosotras fantaseamos con la idea y mucha gente aún también, estamos muy lejos unas de otras geográficamente pero muy unidas por el espíritu y el corazón, así que lo intentaremos aunque sea una vez, nada es imposible.

Cuando se formó TRANCE era una época en la que lamentablemente, ver a una mujer haciendo rock era como un fenómeno de circo,  pero ahora las cosas han cambiado, ahora ver a una mujer tocando rock es algo completamente normal, de hecho algunas de las mejores agrupaciones del mundo tiene integrantes femeninos. ¿Cómo te sientes al respecto? Más aún que tú eres una mujer que ha luchado tanto por la movida.

Andy Lorenzo: Es maravilloso! Para mí en lo personal vale mucho como el sembrar, inspirar, y que las cosas cambien, se expandan, se revolucionen para bien. Además adoro que la mujer tenga un lugar (no feminista) pero si preponderante, que sepa cuánto vale y se lo deje claro al mundo. Obviamente muchas chicas de la actualidad no fueron inspiradas en lo absoluto por Trance, pero es natural que suceda! Me desesperaba un poco que no sucediera masivamente antes!!! J

¿Cuáles bandas con integrantes femeninos son las que más te gustan? ahora existe una banda japonesa de puras niñas que se ha convertido en un fenómeno, se llama Babymetal.

Andy Lorenzo: Voy a oír a Babymetal ya que lo mencionas, no las conozco aún. Soy ultra fan de Janis Joplin, me encantaron las GirlScholl  y las Runaways, aunque nuestras influencias fueron masculinas. Y en los últimos años, me ha conmovido mucho Tarja Turunen tanto en Nightwish como sola. En algún punto Within Temptation, Epica, Evanescense y hay una que me fascina!!! Pero no es metal se llama ZAS, son franceses, principalmente Jazz, único, callejero. En Argentina destaco con integrantes femeninas a la banda Eruca Sativa, la increíble guitarrista Carina Alfie. En el grupo El Otro Yo hay una batera fenomenal que se llama Andrea Alvarez, la genial Q.E.P.D Gabriela Epumer y la banda de Patricia Flores que ahora mismo no sé si aún se llaman X-it. Patricia fue bajista de Trance en Argentina y es la bajista de la banda de Folk Celta Tengwar.

¿A qué se dedica Andy Lorenzo en la actualidad? ¿Tiene en mente algún proyecto musical?

Andy Lorenzo: La música siempre está en mi alma y mente, canciones nuevas danzan en ella casi todos los días, creaciones nuevas, escucho todos los instrumentos en mi cabeza, es la única forma que tengo de componer, es como un regalo de Dios. No tengo una banda armada ahora, iba a participar con Kly Conca quien fue bajista de ALIAH en Demian, pero no puedo por ahora, estoy tratando de sacar adelantes varias cosas, entre ellas, un emprendimiento propio del cual tal vez se enteren pronto! Tiene que ver con algo que da vueltas, suena y que haré con mis propias manos.

¿Cuándo volveremos a ver a Andy Lorenzo con su guitarra en un escenario?

 Andy Lorenzo: Eso mismo me pregunto yo, y hasta me lo pregunta mi hija, la respuesta más inmediata es: Ojalá que pronto, pocas cosas harían más feliz a mi Ser, especialmente si es en mi país, Venezuel”.

Usted es muy integral con su forma de ver el rock, escuchas diferentes tipos de rock, te gusta el heavy metal pero también eres fan de Cayayo Troconis. Eso es poco común en Venezuela, donde lamentablemente hay una tendencia a establecer bandas o sectores o a discriminar. Los que escuchan metal hablan mal de los que hacen rock alternativo y viceversa. Esta ha sido una tendencia dañina para la movida en Venezuela. ¿Qué opina al respecto? 

Andy Lorenzo: Me encanta que saques ese tema! Desde muy joven me di cuenta de esa diferencia, recuerdo incluso que en el Camoruco, cuando yo era muy chamita, como mezclaba un poco elementos en mi vestimenta, algunos ortodoxos me preguntaban: Pero tú eres rockera, Hippie o Punk o Dark o qué?. Y yo eh……….Pronto mi vestimenta se definió más hacia el Hard Rock y Heavy Metal que es lo que siempre me ha gustado más, (con un aire setentoso eso sí ) pero si me parecía algo dañina e inútil tanta división, aunque con el tiempo confieso haber participado un poco con algunos puntos de vista radicales. ¿Sabes? En cierta forma es natural ese proceso, ya que por ejemplo tal como menciona Eugenio Miranda en su libro, el Punk  en cierta forma era rebelde a algunos aspectos del Rock.  Pero a veces, exageramos la división en parte porque algunas personas de cada tendencia hacían mucho hincapié (en ese tiempo y en ambos “bandos”) como si al ser más ortodoxo, o cerrado uno fuera más fiel a algo…y en una movida tan pequeña como la de Venezuela, llena de talento, abnegación, lucha, pero ´pequeña, por razones incluso caribeñas…y por falta de industria, pues claro que habría sido más estratégico ser unidos, unirnos todos aquellos que teníamos algo distinto que decir.

En cuanto a Cayayo, además de gustarme su música, especialmente la etapa de Dermis Tatú ya que amo el Grunge, pero toda su música en general, era un ser que incluso con el paso de los años, uno se da más cuenta de lo especial que era, su visión, darse cuenta de eso, de que lo que nos faltaba era industria, mecanismos, autogestión, organización, atreverse a generar las cosas, a producirlas de la nada, a hacer que pasen, a ver más allá, y encima con un pensamiento colectivo tan noble, siempre ayudando, abriendo paso para otros. Cayayo representa algo de un enorme valor espiritual y sentimental para mí. Y como un ejemplo lindo de unión recuerdo y felicito a Paul Gillman por aquella entrevista que le hizo en el Garage a Cayayo y Pingüino cuando empezaba lo de los Miércoles Insólitos. Todos somos diferentes pero todos somos Uno, y mientras menos divisiones y fundamentalismos mejor, lo mismo hoy anhelo para nuestro país, ojalá podamos enfocarnos en un trabajo en equipo, objetivo, con menos ego de cada lado, con más amor aplicado en forma concreta a las necesidades reales.

Ya que conoces cómo es la movida y en Argentina y Venezuela ¿qué tiene una que aprender de la otra? ¿Qué podemos aprender  nosotros de los argentinos?

Andy Lorenzo: Bueno no es fácil definirlo pero digamos que el Argentino es más rockero de cuna, aquí tú vas a una panadería y las muchachas están oyendo Creedeance, es decir, es parte de muchos argentinismos el Rock, por ejemplo, entonces es más fácil que el Rock permee y penetre en el público en general. De por sí, Buenos Aires realmente es una capital cultural con una movida muy amplia también en teatro, cine, etc. El asunto que veo en contra es que como la oferta musical en Buenos Aires es tan pero tan abundante, los dueños de locales e irónicamente incluso algunas bandas, se acostumbraron como a una especie de vicio: cobrarle a las bandas para tocar; que no les paguen está mal, pero ¿cobrarles? Y muchos van, y por tocar, como ya se acostumbraron, pagan. Los “productores de eventos” están tan acostumbrados, que en lugar de generar un buen marketing para atraer gente a su fecha y ganar suficiente dinero, ganan de lo que el músico paga, eso no pasa en Venezuela, yo recuerdo muchos organizadores incluso pequeños que arriesgaban su pellejo y hacían los conciertos.

Lo otro es, que recuerdo, a las bandas venezolanas como un poco más unidas, pero eso también es razonable que aquí sea diferente, pues, aquí muchos músicos se pueden dedicar profesionalmente a eso, entonces tienen una percepción profesional de sí mismos, como más individual y suelen tener varios proyectos en simultáneo, lo cual es bueno, y malo.

Hay cosas culturales, ancestrales, explicables por un antropólogo, que no se pueden cambiar, el venezolano promedio está más acostumbrado a ritmos latinos y caribeños más aún que el colombiano. Pero creo, que así como en los 80 y 90 Sonográfica, Sonorodven etc, tenían una mentalidad chata que promovía sólo cierto tipo de música, pues creo que entonces lo que si podemos seguir cambiando sobre todo ahora que estamos en un mundo más global, es la mentalidad, ser autogeneradores de cosas, trabajar estratégicamente, crear sellos disqueros, difundir en circuito, apuntar bien al público objetivo, hacer las campañas de difusión de las bandas de manera sistemática, y aprovechar que hoy la gente no sólo escucha lo que sale por la tele o lo que los antiguos sellos apoyaban. Creo que en ambos países como en todos, hay muchísimo talento descubierto y por descubrir, lo que hay que hacer es HACER  por más difícil que parezca.

Además de dedicarse a la música, usted también dedica buena parte de su tiempo a la protección y rescate de animales en peligro de calle. ¿Cuán importante es esta labor para usted? ¿Cómo ha sido esa experiencia?

Andy Lorenzo: Ojalá me dedicara a la música, he repartido siempre mi tiempo entre mi profesión, trabajo, a veces mejor y a veces más duro, ser mamá, vivir en el campo con lo que eso implica, y un poco de activismo ambientalista y también humano (aunque estoy en deuda con Dios y con el mundo puesto que debo hacer mucho más!!). Ha sido un poco dura esa actividad, sobre todo, porque a veces uno no cuenta con mucho dinero, y a veces hay que saber frenar y pedir ayuda, o ayudar desde otro ángulo, ya que una vez que adquieres la responsabilidad de cuidar a un ser vivo,  es para siempre.

¿En qué medida su amor por los animales ha influido en su forma de componer música y escribir letras?

Andy Lorenzo: Cuando era más joven pensaba que los músicos eran más buena gente que el resto por su sensibilidad pero no es así, hay muchos que son sensibles sólo porque todo les duele y molesta, y viven sumergidos algunas veces en un trauma imaginario, la realidad, a los muy sensibles nos cuesta, pero a veces hay que sacudirse y hacer, trabajar, dar, luchar, no sirve ser sensible sólo desde un punto de vista egoísta, o egocéntrico, sirve ser sensible ayudando, en lugar de quejarse del mundo, hacerlo mejor. Los animales tienen un amor muy puro, frontal y constante, rescatándolos a ellos, a veces uno se rescata a sí mismo, y ellos enseñan perfectamente lo que es dar y cuidar. El mundo es todo, todo lo que nos rodea vale, y debe ser respetado.

¿Cómo se perfila el 2016 para Andy Lorenzo?

Andy Lorenzo: Aún con muchas luchas, cosas por resolver y un importante proyecto en el corazón que es el que espero poder contarles pronto. Tiene que ver con la música, solo eso puedo adelantar.

Por: Roberto C. Palmitesta R.
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