Explosiones, toneladas de balas y encarnados combates. Los Hermanos Anthony y Joe Russo llegaron a la plataforma de Netflix con The Grey Man (titulada como El Hombre Gris en Hispanoamérica y El Agente Invisible en España) , una producción que para la fecha se posiciona como la más cara de esta compañía de streaming.
Basada en la novela de Mark Greaney, esta película sigue al agente de la CIA Court Gentry (Ryan Gosling) que forma parte de una división integrada por presos reclutados por la organización de seguridad. Cuando consigue un dispositivo repleto de secretos comprometedores de la CIA y escapa al sentirse traicionado por sus superiores, Court será persigo por un escuadrón liderado por el peligroso ex agente Lloyd Hansen (Chris Evans). Pero las cosas se vuelven aún más complicadas para este hábil personaje al enterarse que no solo está en peligro su vida, sino la de su antiguo jefe y la sobrina de este.
En definitiva, una cinta de rescates y persecuciones que revive el espíritu de sagas como Taken, pero lleva el desenfreno visual con secuencias de acción ridículamente extraordinarias e inverosímiles como en Misión Imposible.
Aclarar el tono de la película es muy necesario a este punto porque es verdad que este tipo de historias no son para todo público. Si ver a hombres sobreviviendo a aviones en caída libre o saltando de un tranvía en movimiento y sin control no es grato, mejor ahorrase las dos horas de duración de este film.
Por otra parte, los amantes de este género seguramente se sentirán satisfecho con el despilfarro de su enorme presupuesto de 200 millones de dólares en secuencias con contenido adrenalínico donde el absurdo y el entretenimiento sin trasfondos educativos recuerdan a cada instante que es ficción y no realidad lo que se ve.
En esta película se destaca la fotografía frenética y dinámica, así como las hermosas y bien logradas coreografías en las secuencias de acción, con escenas de lucha cuerpo a cuerpo increíbles. Además, la trama, aunque es sencilla y no aporta nada nuevo, es lo sufrientemente funcional como para mantener el suspenso y el ritmo veloz que intenta trasmitir.
Sin embargo, el verdadero cebo comercial de The Grey Man fue su reparto, con Ryan Gosling, Ana de Armas (como la agente Dani Miranda) y Chris Evans como protagonistas del filme, cusan un natural interés aún cuando no sea sus mejores trabajos. Este último artista tiene una importancia especial porque ya ha trabajado con los hermanos Russo (directores de la cinta) interpretando a el Capitán América en Capitán América: Civil War y las dos últimas entregas de Los Vengadores. Pero esta no es la única vez que los cineastas trabajan con actores de Marvel en proyectos particulares, ya que en su película anterior Cherry (2021) tuvo a Tom Holland en el papel principal.
Pero como no todo puede ser positivo y, lamentablemente, el cine de acción tiende a repetir los mismos errores The Grey Man cae en muchos de ellos. Una de las prácticas más desconcertantes es la de lo viajes en esta película, los cambios de escenarios abruptos entre locaciones geográficas realmente lejanas son un despropósito sin sentido, no es comprensible cómo e incluso con qué medios logran aparecer y desaparecer de los países en cuestión de segundos.
Por su parte, los personajes, aunque interpretados adecuadamente no generan demasiado interés, con características algo genéricas y de motivaciones ambiguas. Un buen ejemplo es Lloyd Hansen, que se toma como el típico villano violento que al final hace todo porque sí y nada más figura como un elemento cómico y antagónico sin ninguna profundidad.
Y quizás, entrando más en el plano subjetivo, lo que hará para muchos que sea una experiencia olvidable, es su pobre aporte al mundo del thriller de acción. En general es una historia predecible, reiterativa y de poco contenido, que se quedará corta para el público más exigente.
No obstante, si bien no deja nada nuevo, The Grey Man es divertida y por momentos emocionante. Una propuesta que cumple su función de entretener sin más, ideal para un domingo entre amigos. Como punto de referencia, se puede comparar a otra mega producción de Netflix, Red Notice, por su reparto de estrellas, presupuesto elevado y temática de espías, pero en esta oportunidad con un tono más serio y sombrío a lo John Wick.