¿Es posible que Rick Wakeman haya lanzado uno de sus 5 mejores discos solistas 45 años después de su carrera discográfica? ¡Sí, es posible! Los puristas que creen que después de los años 70 no se hizo nada bueno lo dudaran, pero es así y su nueva producción es la prueba. Quizá no se compare con Joruney To Tue Center Of The Earth, The Six Wives Of Henry VIII, pero The Red Planet es un disco de rock progresivo de principio a fin, y es digno a estar en el Top 5 de quien para muchos entendidos es el mejor tecladista de todos los tiempos en el rock.
El álbum presenta ocho nuevas piezas instrumentales inspiradas en el paisaje y la geografía del planeta Marte. Grabado con una banda de rock batería, bajo, guitarras, con músicos excelentes, más el arsenal de teclados de Wakeman, este es precisamente el tipo de álbum que los fans han estado esperando durante mucho tiempo, porque evoca su época dorada pero con sonidos modernos. Hay quienes pensaban que ya por la edad no daría la talla para hacer un disco de estas dimensiones, pero… ¡Se equivocaron! Este gran maestro todavía tiene mucho por enseñar.
¿Quiénes lo acompañan por esta aventura en la superficie marciana? El bajista Lee Pomeroy es un colaborador de Wakeman desde hace mucho tiempo y también estuvo con Wakeman recientemente en la banda «Yes Featuring Anderson Rabin Wakeman«. Aquí hace un excelente trabajo en todo momento. El guitarrista Dave Colquhoun y el baterista Ash Soan pueden ser menos conocidos, pero son grandes músicos, tanto que Wakeman adopta un enfoque democrático y deja que su banda contribuya más allá de una simple banda de acompañamiento.
Insisto en que se trata de uno de los mejores lanzamientos en solitario de Rick Wakeman y una lección para los tecladistas modernos que asumen que su trabajo es solo hacer solos. No hay ningún desperdicio y los fanáticos de YES también disfrutarán de muchas remembranzas. «Aseraeus Mons» tiene progresión de acordes de órgano de marcha y el tambor estereotipado de tom-tom progresivo abren lo que resulta ser un tejido bastante agradable de capas de teclado y ganchos melódicos. A los 5 segundos sabrás que se trata de Rick.
«Tharsis Tholus» comienza con una familiaridad al progresivo de escuela con algunas codas y puentes agradables, un trabajo de guitarra moderado y Rick descargando en algunos de sus teclados favoritos.
«Arsia Mons» comienza con sonoridades al estilo Genesis y guitarras al estilo David Gilmour. Aquí el sintetizador estilo new age es genial, al igual que el bajo grueso. En «Olympus Mons» Wakeman luce en plena marcha, rockeando en su máxima expresión, ya que el baterista y el bajista están en total simpatía. Al final el maestro se pierde con su Minimoog en solitario.
«The North Plain» abre con un sintetizador inquietante y sonidos de piano que se arrastran lentamente por el paisaje sonoro espacial. Escucharemos un trabajo de batería-percusión estilo «Tarkus» y se agradece la remembranza. Aquí los teclados experimentas con varias sonoridades que llegan a un clímax para abrir paso a otras atmósferas más rockeras. En «Pavonis Mons» llega un poco de ritmo de guitarra estilo Punk Rock para captar la atención antes de que los sintetizadores solistas adopten las melodías principales. Rick intercambia teclado por teclado cada cierto intervalo de tiempo, demostrando que sigue siendo el mago de los sintetizadores.
Luego en «South Pole» Wakeman presenta otra paleta de sonidos de apertura similar al progresito setentoso tipo YES – Genesis, que conduce a un territorio un poco más new age tipo Vangelis (recordemos que la discografía de Rick incluye varias obras de este estilo), que es agradable y relajante, sostenida también en el juego de bajo de Lee Pomeroy. Trae un solo de piano donde disfrutaremos de la magia de de Rick. Quizá sea uno de los tracks más complejos del disco, que cierra con los 10 min de «Valles Marineris«, llena de baterías increíbles y teclados más minimalistas.
