Las ciencias puras, desde tiempos remotos han revolucionado al mundo de la mano de personas que hoy por hoy son recordadas por sus grandes aportes dentro de la sociedad. “Una guerra brillante”, del director de cine Alfonso Gomez-Rejon, plantea esa disputa aparatosa que hubo entre Thomas Edison y George Westinghouse, por crear el mejor sistema eléctrico que alumbraría al mundo, y que podrían vender a los distintos gobiernos de turno de la época.
Es una trama densa, donde hay mucho contenido histórico que fue investigado previo a la realización del guion, por parte del dramaturgo Michael Mitnick, quien con anterioridad escribió el libreto para el largometraje del 2014 “The Giver”.
La película está inspirada en, “La guerra de las corrientes”, una pugna comercial que tuvo cabida entre 1880 y 1890, por el sistema de corriente continua que gestó Thomas Edison, versus el de corriente alterna que ideó George Westinghouse junto a Nikola Tesla.
Según lo que se avizora dentro del audiovisual, se trató de una lucha donde imperó la crueldad, la egolatría, el afán de llevarse los méritos, desprestigiar al otro, y los pormenores que cada uno atravesó para que sus ideas fuesen los cimientos a los sistemas de transmisión de energía eléctrica.
Va dirigida a un público muy específico, dado a que no es una trama comercial, pero sí es interesante para los amantes de las ciencias y los periodistas, porque muestra cómo el manejo de las noticias ante esa serie de acontecimientos indujo a la sociedad a un estado de pánico colectivo por la serie de muertes que ocurrieron con algunos trabajadores que perecieron electrocutados con el alto voltaje que se estaba manejando en el proceso de prueba de esos experimentos.
Cuenta con una narrativa un tanto dinámica, que siempre te mantiene en vilo ante las posibles acciones de las partes, y además muestra lo rutilante del séptimo arte con actuaciones como las de Benedict Cumberbatch, Michael Shannon, Nicholas Hoult y Katherine Waterston, quienes hacen de una 1 hora y 45 minutos de película todo un aprendizaje y un flashback a esa época.
Se puede rescatar, que la dirección de arte es impecable. No obstante, a nivel de dirección de fotografía y dirección general, hay muchos movimientos de cámara que no hacen más que hacer tediosa la trama o acumular una serie de fotogramas innecesarios.
Con respecto al guion hace mucho hincapié en las excentricidades de los genios, pero también dispone de parlamentos innecesarios que se pudiesen omitir para que le dieran mayor soltura a la película.
Hasta la fecha, es un audiovisual dispone de un puntaje de 3/5 y criticas favorables como negativas.
Se podría decir, que desde su debut ya estaba condenado a cierto rechazo, porque a pesar de que se estrenó en 2017 durante el Festival de Toronto, estuvo mancillada desde un principio porque la distribuidora Weinstein, se vio en involucrada en una polémica porque su dueño fue acusado por incurrir en abuso sexual y muchas personalidades de la industria declararon lo que habían padecido trabajando con él.
De acuerdo a lo que reseña Cine Premiere, también se vio afectada porque “la versión exhibida había sido terminada al vapor, casi en secreto y en completo abandono por parte de sus vilipendiados productores. Los que la vieron escribieron sobre un montaje desastroso y sin ritmo, una banda sonora estorbosa o lagunas inexplicables en el argumento. La película era un reflejo fiel de su entorno creativo: era el último de los pendientes para una compañía que estaba lidiando con unas noventa demandas por abuso sexual”.