Los padrinos del Metal Gótico, Paradise Lost, están de regreso con uno de los mejores discos de estudio de toda su carrera: Obsidian, que además ofrece una biografía sonora de todas las etapas de esta banda británica formada en 1988 en Halifax, Inglaterra. Se trata del álbum N° 16 en la carrera de este quinteto, lanzado a través de Nuclear Blast Records.
A lo largo de tres décadas, además de innovar con el Gothic-Metal y de reformular el doom metal, se han caracterizado por reinventarse en cada producción, pero ahora, este 2020 traen una muestra sólida de todo lo que son capaces de hacer, mirando al pasado pero considerando el futuro. Obsidian recorre los mayores logros musicales y aportes al rock desde una óptica moderna, bien podría decirse que es un disco que se coloca al lado de clásicos de su discografía como Gothic, Icon y Draconian Times.
Lo más interesante radica en el hecho de que al hacer esta revisión de su catálogo, en un disco con nuevas composiciones, no fue algo intencional, más bien fue un trabajo orgánico que surgió de manera espontánea según admitió su guitarrista líder, compositor y fundador Greg Mackintosh:
“Obsidian es un disco más variado y ecléctico. Nosotros terminamos de mezclarlo y masterizarlo en enero, así que ahora tenemos un par de meses escuchándolo y te puedo decir que es como una especie de biografía de Paradise Lost, es como un disco biográfico porque tiene elementos de distintas etapas de la banda, aunque esto no fue algo planificado, fue algo que surgió de forma espontánea. Lo hicimos así y fue inconsciente, cuando empezamos a trabajar en él, lo hicimos una canción a la vez”.
Este LP muestra sus diversas fortalezas en una serie casi perfecta de canciones tan afiladas y pulidas como la piedra ígnea por la que lleva su nombre. Además culmina una interesante trilogía para Paradise Lost, cuando su vocalista, Nick Holmes, reanudó el uso dominante de guturales en el álbum The Plague Within (2015) después de casi una década de solo canto melódico; luego vino Medusa (2017) un disco pesado, dominado por el Doom-Metal, que tuvo buena receptividad y captó nuevos seguidores.
Sin duda el trabajo efectista, de melodías oscuras que dejan colar algo de luz, atmósferas combinadas con riffs muy sólidos en el trabajo de guitarra es la piedra angular de esta nueva placa. Pero también merecer ser destacada la actuación del baterista Waltteri Väyrynen, quien se hace sentir aún más, con su estilo dinámico y denotada versatilidad. Por otro lado el creciente dominio de Holmes de sus voces angelicales y demoníacas causan una impresión de dinamismo y balanceo que permanece en todo momento.
Si el oyente escucha este álbum en una sola sentada, se dará cuenta que hay un adecuado balance entre luz y oscuridad, pesimismo y esperanza, lo pesado y la melodía. Otro detalle que encanta en esta producción de los británicos es la presencia de elementos correspondientes a la escena gótica de los años 80, con guiños a bandas como Christian Death y Sisters of Mercy entre otras. Sin duda Obsidian es una de las obras más logradas de las más de tres décadas que tiene Paradise Lost y que además se perfila como uno de los 10 mejores discos de 2020.