Después de 15 años, el guitarrista de Dream Theater finalmente encontró el tiempo para grabar 9 pistas de guitarra instrumentales más sólidas, y si eso no fuera suficiente, también se le unió por primera vez en 10 años Mike Portnoy, quien dejó la banda hace 10 años, y aunque él y John seguían siendo amigos, siempre existía la duda de cuándo volverían a trabajar juntos. Portnoy ofrece una batería increíble como se esperaba, y el trío lo completa el bajista Dave LaRue, quien ha trabajado con Steve Morse, Satriani, Flying Colors y Dixie Dregs.
Se agradece que el disco no fuera un apéndice de Dream Theater, más bien Petrucci busco hacer algo que no fuera progresivo y donde pudiera plasmar otras ideas. El álbum comienza con la pista principal «Terminal Velocity«, cuyo riff se remonta a una canción del primer álbum en solitario de Petrucci, «Suspend Animation«, llamada «Glasgow Kiss«, pero con melodías que recuerdan a Satriani. Otra cosa que se agradece es que tocó mucho más la guitarra rítmica en este álbum de lo que se esperaba.
La segunda pista es «The Oddfather”, que comienza con un tono inquietantemente limpio y avanza hacia una parte rítmica que trae recuerdos del proyecto Liquid Tension Experiment. La canción entra y sale de diferentes firmas de tiempo y tiene algunas de las partes rítmicas más llamativas de todo el álbum. Sigue «Happy Song«, cuya progresión de acordes principales podría ser de lo más accesible jamás grabado por Petrucci.
“Gemini” trae una interpretación principal hermosa, que también deja evidencia de las influencias de Joe Satriani, aunque luego la canción se desvía hacia un interesante pasaje de guitarra flamenca. «Out Of The Blue» se relaja en un blues muy al estilo de David Gilmour durante los primeros minutos. Al final Petrucci arroja algunas líneas entre el blues y lo neoclásico que recuerdan a Yngwie Malmsteen.
Para que los fans de Dream Theater no se quejen el tema «Glassy-Eyed Zombies«, los hará sentir atendidos, porque tiene un montón de líneas angulares geniales y uno de los solos más rápidos de Petrucci. Aquí Portnoy está en modo de doble bombo genial y uno concluye que esta composición pudo haber estado en cualquier álbum de Dream Theater. Más de uno sentirá nostalgia por la etapa Portnoy de la banda.
“The Way Things Fall” se ubica como la pista más larga del álbum con siete minutos de tintes progresivos y desarrollo de solos y armonías. En cambio “Snake In My Boot” es breve, de poco más de cuatro minutos con un toque ochentoso que si se le pone letra y voz pudo funcionar en el hard rock melódico. El álbum cierra con “Temple Of Circadia” que rememora al Dream Theater vigente, aunque sobresale la hermosa guitarra acústica y el tono del bajo de LaRue. Aquí los solos finales de Petrucci se construyen con un ritmo salvaje.