Trato de verte de una manera diferente, pero tu mirada no me deja, es como un escudo que me impone una distancia. ¿Cuál es el ángulo desde el cual puedo mirarte para que mis ojos lleguen a ti? Eres sol y sombra, premio y castigo, pero como yo sé que tu luz alumbra hasta en los sitios más recónditos me inspiro a seguir con la dura tarea de interpretar el significado de tu rostro. Si mis ojos se fundieran con los tuyos ¿qué pudiera pasar? Sería ocaso y amanecer juntos, pero con la belleza multiplicada por la potencia y la pureza de tu espíritu.
Por: Roberto C. Palmitesta R.
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