Desde que la vi asomada en aquel balcón mi alma se incendió de emoción y antes de quemar todo mi ser, mi corazón salió disparada como una flecha, dispuesto a clavarse en su pecho. Al escuchar su voz mi espíritu se envuelve en las más tórridas pasiones. Anhelo el olor de su piel, siento en mi lengua su dulce sabor, mis manos quedan adormecidas solo de imaginar su textura.
Cada gesto de tu rostro, cada movimiento de tu cabello genera odas sísmicas que estremecen mi cuerpo. Amaneció, te asomaste y mi vida cambió, porque ahora te pertenece. Te asomaste y te atreviste sin quererlo a tomar posesión de mi existir.
¿Querrás recibirme? ¿Te quemará la llama de mi pasión o tu inquietante espíritu me devorará a mí primero? ¿Me atreveré yo a conquistar tu piel? Asomarse es atreverse…pero hay que lidiar con las consecuencias, pero no me importa porque: “nadie se asoma a la vida como tú ¡nadie cómo tú!”
Modelo: Alelita Míguez @alelitamiguez (gracias por la inspiración)