Con esta tercera parte, DeBlois y su equipo tienen éxito en casi todos los aspectos posibles, continuando con un enfoque de toda la serie en la familia y el amor; la película es más que efectos y los mejores diseños que Pixar pueda crear, se sustenta también en un guión, que con un lenguaje infantil pero aceptable para todas las edades, muestra el peso de valores como el amor verdadero, la lealtad, la nobleza, la amistad sincera y sobre todo la consideración de pensar primero en los demás antes que en un mismo, el bien colectivo va por encima del beneficio individual. También la frase trillada “hay que saber dejar partir” aquí es tratada pero con auténtica sabiduría, muy por encima de las banalidades de los charlatanes que dan charlas de autoayuda. Puedes dejar ir, pero igual guardas en tu corazón, hay que saber decir adiós pero también hay que luchar por conservar lo que amas.
La cinta se traslada a un año después de la derrota de Drago, el cazador de dragones, cuando el Jefe Hipo (caracterizado por Jay Baruchel) ha transformado a Berk, su aldea vikinga en la primera utopía del dragón del mundo…o al menos eso cree él. Hipo, sus amigos y su madre Valka (Cate Blanchett) formaron un equipo de rescatadores de dragones y cuando intentan una misión de sigilo en una de las barcazas de captura que trabajaba en los mares circundantes, inesperadamente se encuentran con la especie femenina del furia nocturna (Night Fury) a la que bautizarían furia luminosa (Light Fury), una rara y reluciente dragona que pasaría ser el amor de Chimuelo. El encantador dragón por fin tiene la posibilidad de tener una vida en pareja, lo que da paso a la mejor escena del filme: Chimuelo (Toothless) intenta un ritual de cortejo, impulsado por su gran amigo Hipo, escondido en los arbustos. Si era posible amar más a una criatura animada en 3D, Toothless lo demuestra. A medida que trata de ganarse a Light Fury, salta, baila, hace morisquetas y payasadas, frunce el ceño y se exagera a sí mismo con un efecto hilarante y entrañable. Solo esta secuencia, una obra maestra del cine animado, hace que la película merezca ser vista varias veces.
Temas más serios ponen a prueba el hombre y la relación del dragón, son abordadas otras temáticas como la importancia de las mujeres en la vida de los hombres, el saber escuchar a los demás con el corazón abierto y la genuina amistad que ofrecen los animales al ser humano, tan esencial como la de las mismas personas, algo que quien tenga una mascota sabrá entender muy bien y que hace falta que sea llevado con un mensaje masivo, porque los animales son más que compañía y protección, pueden ser ese complemento del alma sin importar que sean una especie diferente.
Mientras Chimuelo lidia con la llamada de la naturaleza, el Jefe Hipo debe tomar las decisiones de los grandes adultos de acuerdo con su estatus real. El matrimonio con su novia Astrid (América Ferrera) está en las cartas y Berk se enfrenta a un problema de sobrepoblación, lo que obliga al joven líder a considerar buscar y mudarse al Mundo Oculto, el hogar mítico de los dragones del cual tanto le había hablado su padre. Para empeorar las cosas, Grimmel el Grizzly, el cazador de dragones más inteligente de todos, cuyos trucos son un cambio bienvenido de las grandes batallas de jefes. Grimmel, (muy bien interpretado con aplomo elocuente nada menos que por F. Murray Abraham), lleva la confianza en sí mismo de Hipo a su nivel más bajo y es así como entra Astrid a adoptar una postura determinante, ya que su constante apoyo es necesario para su crecimiento. Los otros miembros del elenco Kristen Wiig, T.J. Miller, Craig Ferguson y Jonah Hill también tienen sus momentos para brillar y hasta se cuenta con un par de breves apariciones de Geard Butler, recreando los recuerdos de Estoico.
No hay mejor regalo que el amor, nos dicen constantemente en toda la película. Hipo y Chimuelo tienen viajes paralelos: se enamoran y aprenden los sacrificios necesarios para guiar a su gente, ellos crecen en años y madurez sobre una trilogía de ritmo inteligente. Cómo entrenar a tu dragón: The Hidden World es una saga casi perfecta, en la que la historia sobre un niño y su mejor amigo con sus valores atemporales se entregan con paladares de ingenio y aventura épica. La escena final es realmente memorable y conmovedora probando que el amor y la amistad cuando son sinceros, duran para siempre. Después de tres brillantes películas, nos despedimos de una de las mejores trilogías animadas de todos los tiempos.