Muchos hablan de la próxima marcha del primero de septiembre, unos por apoyo – obviamente – y otros por solo criticar, como ha venido siendo costumbre en el venezolano. Es la primera vez que siento la unidad en este llamado, primero lo hizo Capriles en su alocución posterior al desastre de “rueda de prensa” (sin permitir la entrada a los medios) que hizo la rectora del Centro Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena. A los pocos minutos, el dirigente Leopoldo López apoyó, sin dudar, el llamado a la gran toma de Caracas. Todos los partidos, sin distinción de color, avalan esta importante iniciativa.
¿Hacen lo correcto?
El momento que estamos viviendo en nuestro país es grave, el hambre está haciendo de las suyas, la muerte es el día a día en los titulares de los distintos medios nacionales y regionales; las enfermedades toman, de manera desprevenida, al más cauteloso. Debemos tomar las calles sin lugar a dudas, apoyar esta convocatoria y las iniciativas que vengan. Todo suma. Todo es importante.
Claro, esta propuesta de salir a la calle no acabará con el régimen, con las colas, con la inseguridad, pero es el momento de hacer presión para que se nos permita, lo más pronto posible, realizar nuestro derecho constitucional de revocar el actual mandato: revocar una ideología moribunda como es este mal llamado “socialismo”, revocar el hambre que hace que haya personas capaces de matar animales en las calles para alimentarse, o peor aún: que haya madres que se quiten la vida por el desespero de no poder alimentar a sus hijos.
Venezuela es un país que merece la oportunidad de luchar por ella, de acabar con las injusticias, de levantar un país golpeado por la corrupción. Venezuela fue un país que les dio la oportunidad a muchas familias para que se establecieran en un país rico, les abrió las puertas a miles de inmigrantes que escapaban de una guerra civil o una guerra mundial para crecer económica y estructuralmente. Fueron ellos parte de la arquitectura que tanto nos representa.
Gracias a ellos se incrementó la cultura en nuestro país. Somos y seremos siempre un país de países.
Me gustaría citar dos ejemplos de personas que hicieron de Venezuela su país natal, dejando grandes huellas en la historia de la música: los maestros Vytas Brenner y Gerry Weil. Ambos, oriundos de Austria, nos han aportado un amor incondicional a nuestra tierra sintiendo a Venezuela en sus venas.
Salgamos a marchar este 1 de septiembre. Tenemos el derecho de caminar por nuestras calles, de manera pacífica, reclamando lo que nos permite y nos dicta nuestra constitución. No permitamos que nos quiten la esperanza. El revocatorio es un derecho y un deber.