Roberto Palmitesta, Coro, estado Falcón, año 2012.
“Me encontraba vagando por un desierto de tristeza y desesperanza, estaba inmerso en las arenas del tiempo, cada grano parecía ser de plomo, no se veía nada en el horizonte, ni agua, ni vegetación. El Sol me abrazaba y penetraba mi alma, hasta que pensé en Dios, en su creación; en mis seres queridos y la esperanza que representan; en la mujer que quiero y que todavía no existe, pero que seguramente al salir de estas arenas del tiempo pueda encontrar… solo tengo que perseverar, resistir, fortalecerme y utilizar al mismo sol que me quema como guía en este desierto, con la ayuda de Dios… cuando todo termine sé que la sonrisa volverá a mi rostro”.