Dirigida por: Ryan Coogler
Protagonizada por: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone y Tessa Thompson.
Escrita por: Ryan Coogler y Aaron Covington.
Producida por: Sylvester Stallone, Robert Chartoff, William Chartoff, Kevin King Templeton, David Winkler e Irwin Winkler.
Duración de: 127 minutos.
Una de las sagas más queridas del cine, la del boxeador Rocky Balboa, se refresca y reinventa con Creed, que bien podría considerarse como una séptima entrega, pero vista desde otra perspectiva, ofreciendo una nueva mirada del mítico pugilista. Escrita y dirigida por el talentoso Ryan Coogler (conocido por el filme Frutivale Station que cautivó la crítica en festivales como Cannes), la película introduce a Adonis Creed (interpretado por Michael B. Jordan) un hijo fuera del matrimonio del gran Apolo Creed, quien fuera primero némesis de Rocky y luego su gran amigo. El nobel pugilista quiere seguir los pasos de su padre, pero su madrastra y sus amigos cercanos no lo dejan, porque temen que el ring de boxeo sea su ruina.
El joven Creed reta a todo su entorno, empaca sus maletas y se traslada de Los Ángeles a Filadelfia, en busca de Rocky Balboa para que lo entrene. Pero el ex – campeón mundial, sumido en la soledad y en la tristeza, dedicado al restaurante que lleva el nombre de su viuda no quiere saber más del boxeo y en un principio se niega a ayudar a Adonis. Sin embargo, Rocky siente que le debe algo a su entrañable Apolo y acepta ser su entrenador, creando un vínculo entre maestro y alumno que pasa a ser familiar.
El semental italiano no boxea con ningún humano en esta oportunidad, pero no obstante tiene que enfrentar un oponente fuera del cuadrilátero que es aún mayor que el ruso Ivan Drago (Rocky 4): una enfermedad llamada cáncer. De esta manera Rocky encuentra motivación para seguir viviendo al entrenar a su “sobrino”, y este, a su vez, le retribuye ayudándolo y apoyándolo en un duro combate contra el cáncer. Esta interacción hace que el filme sea muy sentimental y dramático.
Ryan Coogler sabe debatirse entre el drama y la acción, crea escenas muy sentimentales, pero no olvida que es un filme sobre el boxeo. Además logró crear un ambiente urbano muy moderno, enseñando otra cara a la de la Filadelfia de los años 70 que presentó el gran cineasta John G Advilsen Rocky I (1977). Michael B Jordan ya había trabajado Ryan Coogler en Frutivale Station y tenían un vínculo de trabajo muy sólido. Jordan logró una excelente interpretación, mostrando inclusive aquella mirada “ojo de tigre” y el espíritu de guerrero de Apolo Creed.
Stallone saltó a la fama con la película Rocky (1977), primera entrega de esta saga. En esa época el actor fue nominado al Oscar en la categoría de mejor actor y para sus seguidores había sido su mejor actuación, pero ahora, 39 años después, por interpretar nuevamente al boxeador Rocky Balboa, Stallone volvió a ser nominado al Oscar como mejor actor de reparto e inclusive ganó el Globo de Oro en ese renglón.
En realidad la actuación de Stallone interpretando a un solitario, envejecido y enfermo Rocky es muy realista y llena de matices. Es elogiable la forma en como su intérprete creció con el personaje y lo fue madurando. Stallone es Balboa y Balboa es Stallone. Humano, gruñón, irónico, lleno de metáforas y de sus típicas bromas y chistes. Lástima que no le dieran el Oscar, merecido lo tenía.
Por: Roberto C. Palmitesta R.
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