Dos meses pasaron desde el EP The Brightest Void para por fin poder escuchar material ciento por ciento nuevo de la diva nórdica Tarja. El disco en cuestión es The Shadow Self el cual viene a marcar un antes y un después en su carrera por dos motivos muy concretos, creo yo. El primero es que este trabajo muestra un claro alejamiento del metal para comenzar a transitar por la senda del rock melódico pero siempre con ese trasfondo sinfónico que en esta ocasión ocupa un lugar de peso en todo el disco. El segundo motivo es que estamos sin duda frente al mejor trabajo que Tarja ha facturado.
El álbum posee momentos muy rockeros con bases muy sólidas, contagiosas y de gran energía. Y por el otro lado cortes largos de compleja estructura que profundizan en los arreglos orquestales y con gran hincapié en las melodías. De principio a fin el conjunto de canciones logra transmitir un compendio de sentimientos y colorido musical en el cual la voz de Tarja se fusiona de manera natural y eleva por las nubes dichas virtudes dando como resultado final una obra de un feeling sensacional.
A nivel producción también es sobresaliente, la cual corre a cargo de la misma diva y Tim Palmer (Ozzy osbourne). El sonido del álbum está muy bien logrado gozando de mucha fuerza, claridad y profundidad de todos los instrumentos y arreglos. Tal vez parte de ello también se deba a la incursión de Mario Altamirano (Rata Blanca, Horcas, Animal, Barilari, Patan), reconocido ingeniero de sonido argentino.
La portada es muy similar al del EP y con un libreto interior de idénticas líneas gráficas, pero con predominio del blanco a contraposición del anterior en negro. Son varios los invitados de lujo que están presente en el disco, entre los cuales se encuentran Fernando Scarcella (Rata Blanca), Julian Barret (Lörihen, Asspera, Barilari), Chad Smith (RHCP), Alissa White-Gluz (Arch Enemy) entre otros, lo cual realza aún más el nivel del álbum.
Por: Roberto C. Palmitesta R.
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