Toda la vida ha existido gente que, para encuadrar dentro de un determinado grupo, para ser “rebelde” contra la sociedad o para aparentar no se qué cosa, se autoproclaman como integrantes o partícipes de algún movimiento político, social, religioso, etc. El rock, entendido como una gran expresión de la música y la melomanía, no escapa de eso. Por ejemplo, mirando en retrospectiva, ¿cuántos de tus amigos que eran “metaleros” en el liceo ya no lo son? Con el transcurrir del tiempo, para algunos que antes eran “fanáticos” del metal, todo eso desapareció; poco a poco observas el desinterés de aquellos, en otrora fervientes y radicales rockeros o metaleros, que ahora prefieren escuchar otros géneros, misteriosamente se olvidaron de aquél fanatismo por el rock y más bien ven esa época como la rebeldía propia de la juventud, con anécdotas de “toques” y borracheras a granel; pero eso y sólo eso: anécdotas. Ellos fueron “posers” en su momento, pero en esa época no nos dimos cuenta.
Ahora bien, actualmente ¿qué es un poser? Es difícil definir o conceptualizar un término anglosajón, pues corres el riesgo (altísimo, por cierto) de equivocarte. Por eso, es mejor mencionar algunas características o conductas que permitan reconocerlos; así es más fácil expresarse y es más sencillo comprender el comportamiento de estas personas que están matando lentamente la escena rockera y metalera de nuestro país. Justamente eso trataré en las líneas subsiguientes.
El internet y, principalmente, las redes sociales, nos han servido para palpar en primera persona las ventajas cibernéticas; quienes crecimos en la época en la que no existía el mp3 (ni siquiera el cd copia) hemos experimentado este cambio y podemos comparar la actual época con aquellos tiempos, desconocida para los más jóvenes. Y digo desconocida no porque no se sepa nada al respecto (en cualquier sitio de internet puede conseguirse información), sino porque no la vivieron, no sintieron en carne propia lo que era esperar meses para que llegara una Kerrang o Metal Hammer a un kiosco lejano, que no saben lo que era reunir para comprar un cassette, esperar que en la FM pusieran una canción que amabas para grabarla, entre otras costumbres que ya podríamos considerar como arcaicas.
Ahora bien, ¿por qué hago mención a eso? Porque, sin lugar a dudas, ese avance tecnológico aumentó la proliferación de “posers”, dada la facilidad de ser rockero hoy en día. En cantidad, hay más gente que escucha metal, pero, en calidad, hay menos pasión y sentimiento, tanto en los músicos, como en los fanáticos. El rock y metal son más asequibles hoy en día. Actualmente cualquiera puede descargar un torrent contentivo de la discografía de alguna banda. Y ya, listo: ya esa persona se cree un “metalhead”.
Obviamente no existe ningún manual para catalogar a alguien como poser, pero hay conductas que nos pueden ayudar a identificarlos. Lo más probable es que conozcas a muchos de estos personajes. Generalmente, los posers no asisten a eventos metaleros, o lo hacen muy pocas veces. Siempre me he preguntado: ¿Por qué una persona descarga la música de una banda a la que considera una de sus favoritas, se sabe sus canciones, compra sus franelas, publica en sus redes sociales el gran amor que siente por esa banda y, llegado el momento de verla en vivo, no va al concierto? Obviamente pueden darse situaciones en las que EXCEPCIONALMENTE algún compromiso les impida asistir al concierto, pero sospechosamente eso sucede muy a menudo, con todas las bandas a las que el “poser” afirma amar y seguir. Personalmente conozco “thrash metaleros” que no fueron a ver a Slayer, a Kreator, a Metallica, a Destruction ni a Sodom; conozco “Blackers” que no fueron al concierto de Dark Funeral, ni al de Marduk, ni al de Dimmu Borgir. Conozco “Death metaleros” que no fueron a los conciertos de Vader, Dying Fetus, Vital Remains o Krisiun. Y así podría durar horas ejemplificando. Esos “metaleros” que se jactan de vestir de negro todos los días, que tienen larga cabellera, muñequeras con puyas, tatuajes por todo su cuerpo y todo el aspecto oscuro que puedas imaginar, son solo posers. Sí, así les cueste admitirlo, son eso: POSERS.
¿De qué sirve que te vistas así, publiques en internet cuán fanático eres de tal o cual banda o exclames a viva voz lo buenos que son sus discos, si no apoyas la movida? Esa es la principal razón de que Venezuela no haya sido una buena plaza para el metal internacional. No es secreto para nadie la delicada situación económica actual (lo cual no es asunto de este texto) que limita la posibilidad de cancelarle los honorarios a una banda internacional porque éstas cobran en dólares, pero hasta hace unos escasos dos años, la movida en relación a bandas internacionales aún se mantenía viva. En pocos años vinieron más bandas metaleras que en el resto de nuestra historia: Metallica, Megadeth, Slayer, Destruction, Testament, Stratovarius, DIO, Tarja Turunen, Vital Remains, Dying Fetus, Sadus, Cradle of Filth, Dimmu Borgir, Napalm Death, At the Gates, Carcass y muchas más. ¿A cuántos de esos conciertos fuiste? ¿Cómo pretendes ver a tus bandas favoritas si no asistes a los conciertos? ¿De qué sirve tu “pinta” de rockero si no apoyas a la escena? ¿Qué empresario querrá invertir en organizar un evento si los fanáticos de una banda, los cuales vociferan amarla, no asisten a los conciertos?
Esa actitud acomodaticia e, incluso, hipócrita, desprestigia la escena nacional y hace que Venezuela sea descartada de plano en las giras de los artistas metaleros, sólo porque no es rentable. El público no responde. La mayoría del público venezolano sólo descarga mp3. Esa es la dolorosa realidad.
Lo anteriormente narrado se magnifica con los eventos nacionales. Por estos “rockeros” que no asisten a los eventos nacionales, está muriendo poco a poco la débil y resquebrajada escena venezolana. En ocasiones, esta conducta se aprecia incluso entre personas que tienen bandas. Es decir, tienes una banda, te gusta que asistan a tus toques pero tú no asistes a los eventos donde tú no vayas a tocar. ¡Cuánto egoísmo! Estas actitudes de estos pseudorockeros están desmejorando paulatinamente nuestro movimiento. Evidentemente es imposible asistir a todos los conciertos que organicen dentro o cerca de tu ciudad, pues cada quien tiene gustos variados y hay bandas que no nos gustan, pero por lo menos debemos asistir a los eventos del o los estilos que sí te gustan. No es posible, por ejemplo, que te declares fanático del Death Metal y no vayas a ver a Krueger en tu ciudad o en zonas cercanas. Esto se ve hasta en espectáculos como el Gillmanfest o, más recientemente, en el Festival Suena Caracas, eventos con entradas gratis o simplemente con precios insignificantes ni siquiera asisten.
Aunado a lo anteriormente expuesto, ya conocemos lo que ocurre cuando hay un evento metalero: generalmente un grupo de personas no entra al local en el cual se lleva a cabo ese evento, se quedan en las afueras del mismo, a “disfrutar” allí afuera, a beberse sus tragos allí afuera, a alabar al metal allí afuera, pero adentro, donde está tocando una banda nacional, cuyo apoyo es importante, ese sitio está vacío. Irónicamente, estas personas no tienen dinero para costear la entrada, pero sí tienen para comprar cigarros, bebidas alcohólicas y pare usted de contar. Si haces esto, aunque te duela admitirlo, eres un poser.
Por eso, curiosamente revisamos nuestras redes sociales, en las cuales tenemos muchos amigos cuyos perfiles están repletos de metal y rock por doquier, pero a la hora de los eventos, no vemos ni a la mitad de ellos en esos conciertos. Si cuando hay un evento te pones tu vestimenta súper maquiavélica, pero vas a reunirte fuera del local sin entrar a apoyar a la banda nacional que esté tocando, eres sólo un poser.
Es preferible que estas personas no vayan a los alrededores del local donde se lleve a cabo un evento, porque estorban. Así de sencillo. Es mejor que se queden en sus casas, viendo videos de metal por Youtube y publicando en sus redes sociales lo muy “metaleros” que son, en vez de ir a causar aglomeraciones en las afueras de los locales, a generar problemas que, en muchas ocasiones, afectan incluso a los que están adentro disfrutando de un show. Dicho de otro modo: si no vas a entrar al evento, quédate en tu casa.
Esa negligente actitud es dañina, pues no sólo dejan de apoyar a las bandas nacionales, sino que perjudican con esos tumultos que generan alteraciones del orden público, las cuales muchas veces desembocan en interrupciones de los eventos por presencia de las autoridades, quienes impulsadas por el comportamiento poco cívico de estos vándalos, se apersonan justificadamente a cumplir sus labores. Para ser metalero no debes ser un desadaptado, como muchos erróneamente creen; para ser metalero debes sentir, respetar y apoyar al metal en todas o algunas de sus vertientes. De modo que esas conductas no te hacen más metalero, más bien todo lo contrario.
En ese sentido, fácilmente puedes reconocer a un “poser” porque cuando éste asiste a un concierto, no le presta atención al evento; cuando –milagrosamente- estas personas entran a ver el espectáculo, lo hacen, no para disfrutar del concierto, sino para trasladar ese vandalismo al interior del local donde se realiza el show. Al leer esto recordarás a aquellos que siempre ves inconscientes de la borrachera (por decir lo mínimo) dentro de un concierto, buscando problemas, con un comportamiento provocador, que se hacen parte de la “olla” no para descargar adrenalina, sino con la exclusiva intención de lastimar o dañar a otros y generar situaciones de violencia. Esos personajes también son nocivos para nuestra escena, sólo buscan llamar la atención, aparentar “ser más rockeros que todos” y, al final, no son nada rockeros. Luego de un evento les preguntas qué fue lo mejor del concierto y no saben, al fin y al cabo ellos no disfrutaron el concierto, ni apreciaron el arte que mediante notas musicales se les ha querido expresar. No saben ni siquiera cuáles canciones tocó la banda. Ellos fueron a aparentar ser metaleros, no a serlo.
Gracias a ellos existen esos prejuicios hacia nosotros, tildándonos de “locos”, “drogadictos” o “delincuentes”, sin saber que gente que escucha otros géneros es mucho más corrompida y dañada, a pesar de escuchar música “normal”. Estos prejuicios se deben a estos vándalos, que no son más que faranduleros que intentan aparentar algo que no son, se esmeran simplemente en llamar la atención, se dedican a hacer cualquier cosa por ser “distintos” y en ese proceso contaminan nuestra escena de esas actitudes que no son propias de alguien que ama con fervor la música.
Otra característica resaltante de estos “wannabe” es que se no compran música. Un poser no tiene (o tiene muy pocos) cds, casettes, acetatos, etc, pues para ellos no tiene sentido gastar dinero en eso cuando pueden obtener por internet incluso las versiones limitadas de los lanzamientos musicales. Los posers son incapaces de comprar cds, para ellos esa idea está totalmente descartada. Gastar dinero en música no es visto como una inversión sino como una pérdida. Obviamente, hay quien no lo hace por razones económicas (en realidad son pocos casos) pero la mayoría no lo hace porque consideran absurda la idea de gastar dinero en algo que pueden obtener en pocos minutos por internet (en ese sentido recomiendo la lectura de este artículo de una web española que desarrolla extensamente este tópico http://portal.xtreemmusic.com/que-tendran-que-ver-los-cojones-con-comer-trigo/), creen que de nada sirve comprar un disco y, además, hasta se sorprenden o se burlan cuando ven a alguien que aún compra cds. Esa es una característica muy marcada en los posers. Con esto no digo que no debemos descargar música por internet, pues yo soy un adicto a hacerlo, incluso comparto con mis amigos la música nueva que consigno, para que éstos también la disfruten, pero el hecho de bajar música por internet no implica que no comprarás discos o acetatos de tus bandas favoritas. UNA COSA NO EXCLUYE A LA OTRA.
Hay muchas opciones para adquirir discos, aparte de algunas discotiendas comunes, donde puedes comprar material de bandas populares (Metallica, Iron Maiden, AC/DC) también hay discotiendas especializadas donde consigues otro tipo de material más difícil de ubicar, además de las páginas de compra y venta de productos usados, donde puedes adquirirlos en buen estado y la opción de compra por internet, pues en páginas como Amazon o Ebay hay muy buenos precios. Es decir, sí hay opciones para adquirir material metalero y/o rockero, sólo hay que buscarlas.
Adicionalmente, en ese ímpetu de querer aparentar, los posers critican vehementemente los demás estilos musicales o subgéneros del metal que no les gusten, para ellos -en su cuasi patológica necesidad de aparentar ser “true”-, escuchar otros géneros musicales está descartado. Es una manera casi descabellada de aparentar que son duros, que son intensos, que lo demás es muy poca cosa para que pueda atraer sus gustos. Al fin y al cabo ellos DEBEN ser metalheads cueste lo que cueste.
Un poser ofende o margina otros estilos musicales, sin saber que los integrantes de las bandas que eventualmente escucha, son fanáticos de otras vertientes. Por ejemplo, Mile Petrozza, vocal de Kreator, es fanático de Daft Punk; Lord K. Phillipson, quien ha tocado en God Among Insect, Dark Funeral y Grave, es fanático de Vanessa Carlton; el mítico Phil Anselmo es fanático enfermizo de The Cure, y así un largo y variado etcétera.
Un metalero no debe actuar de ese modo, porque estaríamos devolviendo lo que parte de la sociedad, injustamente, no está dando. Discriminar a otros géneros musicales, es convalidar que al metal también sigan discriminándolo. Entiendo que muchos géneros no nos agraden (a mí, por ejemplo, no me gusta el reggae), pero eso no implica menospreciar o minimizar lo que los demás géneros musicales han aportado al mundo del Heavy Metal.
Estos faranduleros, pretendiendo hacerse pasar por los más puros y los que mejor música escuchan, siempre critican los demás estilos, pero son incapaces de asistir a un evento o comprarse un cd de ese metal al cual verbalmente dicen amar. Pudiera seguir colocando muchos más ejemplos, porque de eso sobra en nuestra comunidad, estoy seguro que quienes han leído estas líneas conocen a una o varias personas con estas características.
Esa actitud resumida anteriormente, nos perjudica a quienes sí amamos al metal; por esos posers la sociedad sigue teniendo prejuicios cuando escucha alguna canción de rock o metal, por ellos nuestra escena “no es rentable”, por ellos no vienen las bandas a Venezuela, por ellos casi no hay locales rockeros o los pocos que existen empiezan a virar hacia tendencias más suaves porque es más rentable poner a un DJ a sonar otros estilos musicales (ya los sitios dejan de poner metal y empiezan a poner reggae, ska, hip hop, etc, porque eso llama más público), gracias a esos posers nuestra Venezuela está lejos de ser una plaza rentable para los artistas de todas las vertientes rockeras y metaleras, porque es muy fácil hablar y publicar en internet qué tan rockero y/o metalero eres, pero más bien se trata de practicar lo que constantemente predicas.
Estos posers son los que más daño hacen a nuestra escena, su actitud perjudica a los que de corazón adoramos al metal, independientemente de sus vertientes. Debemos apoyar al metal y demostrar, más allá de meras publicaciones en Facebook, que de verdad amamos este estilo de música. Al fin y al cabo, una camisa negra, unas botas rockeras y unos piercings, se lo puede poner cualquiera. De nosotros depende que este movimiento siga estancado o, por el contrario, avance y tengamos bandas, locales y personas que den al metal el estatus que verdaderamente merece.
Jorge Arzolay
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