- Sixx AM “Prayers for the damned & Prayers for the blessed”
- Megadeth “Dystopia”
- Metallica “Hardwired… to self destruct”
- Anthrax “For all kings”
- Korn “The serenity of suffering”
- Dark Tranquillity “Atoma”
- Borknagar “Winter Trice”
- Alter Bridge “The Last Hero”
- Meshuggah “The violent sleep of reason”
- Rage “The Devil Strikes again”
- Gojira “Magma”
- Avenged Sevenfold “The stage”
- Zakk Wylde “Book of shadows II”
- Hansen “Three decades on metal”
- Ihsahn “Arktis”
- Iron Mask “Diabolica”
- Suicidal Tendencies “World gone mad”
- Katatonia “The fall of hearts”
- Destruction “Under attack”
- Epica “The Holographic Principle”
Si hacer la selección del top en el 2015 fue complicado, el 2016 fue aún más reñido, debido a la diversidad musical, al alto nivel exhibido y a la cantidad de bandas de amplia trayectoria que grabaron. Influyó el ambiente político, económico y social del mundo, lo cual siempre incide directa o indirectamente en la vena creativa de los músicos. También puede afirmarse que el 2016 estuvo signado en buena medida por la tendencia de muchos grupos a reencontrarse con el pasado, el clásico “back to the roots”.
El 2016 fue un año muy thrash, la mayoría de los principales exponente de esta tendencia editaron nuevas producciones: Metallica, Megadeth, Anthrax, Testament, Death Angel, Suicidal Tendencies, Destruction, Sodom y un largo etcétera. Si bien esta fue la propuesta dominante, también brilló “el grupo de los innovadores”, quienes dieron rienda suelta a su imaginación: Dark Tranquillity, Meshuggah, Gojira, Ihsahn, Borknagar, Katatonia y en la vertiente más progresiva Opeth. Igualmente en 2016 pudimos disfrutar de nombres del mainstream de ayer y de hoy haciendo uso eficiente de su gran talento: Korn, Avenged Sevenfold, Alter Bridge o los holandeses Epica. El buen metal teutón dejó su huella con algunos de sus principales abanderados como Rage y el esfuerzo solista del rockstar Kai Hansen. Trabajos íntimos y personales encontraron su espacio entre lo más selecto como fue el caso del guitarrista Zakk Wylde y su sublime “Book of shadows II”.
Sin embargo el disco del año no lo otorgamos a ninguno de los representantes de las tendencias mencionadas en el párrafo anterior, decidimos poner ese título en manos de una agrupación que presentó una forma de hacer música que si bien es comercial y accesible no por ello deja de ostentar una gran excelencia musical, así como un trabajo de producción de otro planeta. Estamos hablando del disco doble “Prayers for the Damned / Prayers for the Blessed” de la agrupación estadounidense Sixx A.M. Desde el lanzamiento de los “Use your Illusion” de Guns N’ Roses no se veía una estrategia de divulgación tan inteligente para llevar a todo tipo de público una forma de hacer música que ofreciera una amalgama de estilos unidas por una visión futurista.
Megadeth trajo su “Dystopia” su disco más exitosos en ventas y en exposición desde la época de “Countdown to Extention”. Con nueva formación el cuarteto liderado por Dave Mustaine gestó una colección de canciones que si bien se reencuentran con sus inicios, también siguen en sintonía con ese estilo virtuoso y ambicioso de hacer thrash. Anthrax con “For all kings” tuvo el mérito de hacer algo diferente, aventurarse a cambiar sin renunciar a su identidad, embarcándose por el territorio progresivo. Y… claro, esta Metallica, con su doble CD, nadie puede dudar que es el mejor desde su “disco negro”, reconciliándose con sus raíces pero sin estancarse allí, más bien recorrieron toda su identidad, probando al mundo que son uno de los grupos de rock más importantes de todos los tiempos.
Parece que clave del éxito de muchos álbumes este año fue el ir a indagar lo que se hacía en el pasado, otro ejemplo es “The serenity of suffering” de Korn, un disco poderoso, cautivante, envolvente y muy bien producido, donde todos los músicos brillaron como el astro rey, pero que también emuló el éxito de sus primeros trabajos que tantas copias vendieron en los años 90. Dark Tranquillity presentó una nueva obra maestra: “Atoma”, con la que exploran la mente humana a través de la música, solo que esta vez con una ofrenda más teatral, atmosférica y cinematográfica. Otra joya fue el “Winter Trice” de Borknagar, luciendo esa exquisita combinación del black metal y el folk con el progresivo, esta vez marcada por una connotación más directa y orientada al trabajo vocal.
Alter Bridge grabó el mejor disco de su carrera con “The Last Hero”, que quizá sea el más pesado y orientado hacia el metal, con un trabajo de guitarras impresionante pero sin dejar atrás su habilidad para componer melodías. En “The violent Sleep of Reason” Meshuggah volvió a gritarle al mundo “¡podemos hacer lo que queramos!”, grabando una obra de alto calibre, en vivo en el estudio, para registrar sonidos desde distintos planos, que según ellos no pueden registrarse cuando se graban los instrumentos por separado. En “The Devil Strikes Again” los alemanes Rage también presentaron una vuelta a sus raíces, un disco rápido, pesado y directo, con el que se conciliaron con la forma de hacer música que los dio a conocer en los años 80 y 90. Gojira sorprendió a propios y extraños con “Magma”, luciendo una metamorfosis de casi 360 grados, dejando a un lado casi del todo su virtuosismo, su velocidad y el elemento extremo para jugar con la experimentación.
Para mayores detalles visita nuestra sección de críticas de CD, donde podrás leer más sobre cada uno de los álbumes mencionados en esta selección.