El recién concluido 2015 dejó grandes vacíos en el firmamento con la muerte de importantes artistas como BB King, Chris Squire, Scott Weiland y Lemmy Kilmister cerrando el año. Pero ahora el 2016 comienza con aires tristes, porque una de las figuras más importantes de toda la música contemporánea, David Bowie, falleció el domingo 10 de enero a las 7:30 am en su apartamento de Nueva York, tras perder una dura batalla contra el cáncer de hígado. Tenía 69 años apenas cumplidos el pasado viernes 8 de enero, ocasión que celebró con el lanzamiento de su álbum de estudio Nº 25, titulado Blackstar. Bowie fue diagnosticado hace 18 meses, pero no había querido dar a conocer la noticia de su enfermedad.
Bowie además de cantante, también fue un importante productor y hasta incursionó en el cine, llegando a participar en filmes revolucionarios como La última tentación de Jesucristo, de Martin Scorsese. Su forma de hacer música en constante reinvención, retando todas las fórmulas convencionales y sin seguir patrones establecidos lo convirtieron en uno de los artistas del pop y del rock más trascendentales y esenciales del Siglo XX.
“David Bowie ha muerto en paz hoy rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer. Mientras muchos de vosotros compartiréis la pérdida, pedimos respeto a la privacidad de la familia durante su tiempo de dolor”, reza el comunicado publicado en sus cuentas oficiales de Facebook y Twitter. La noticia también fue confirmada a primera hora de la mañana del domingo, en las redes sociales por su hijo, Duncan Jones, quien lleva a cabo una carrera como director de cine. “Lamento mucho y me entristece decir que es verdad”, declaró.
Su verdadero nombre era David Robert Jones y nació un 8 de enero de 1947 en el barrio londinense de Brixton, Reino Unido. Adoptó el apellido artístico de Bowie para poder diferenciarse de Davy Jones, integrante de la agrupación The Monkees. Uno de sus sobrenombres más populares era el de “camaleón”, debido tanto a sus múltiples cambios de look – revolucionando también el mundo de la moda – como a su forma de experimentar con la música, navegando en diferentes corrientes como el rock, el pop, el jazz, el soul , el blues, el folk y la electrónica entre muchas otras.
Bowie ha vendido hasta el presente cerca de 136 millones de discos en todo el mundo. Recibió nueve discos de platino, once de oro y ocho de plata en el Reino Unido y cinco de platino y siete de oro en Estados Unidos. Durante su cerrera recibió importantes distinciones; en una encuesta realizada en 2002 por la cadena televisiva BBC para seleccionar a los 100 hombres británicos más importantes, obtuvo el puesto número 29. Además, en 2004, la revista Rolling Stone, en su lista de los 100 artistas de rock más importantes de todos los tiempos, le ubicó en el puesto número 39; y en el puesto Nº 23 de su selección de los mejores cantantes de la historia. Participó, interactuó, colaboró y compuso junto a artistas de la talla de John Lennon, The Rolling Stones, Queen, Paul McCartney, Bono, Bob Dylan, Lou Reed e Iggy Pop.
“La esencia de la contribución de Bowie a la música popular se encuentra en su sobresaliente habilidad para analizar y seleccionar ideas fuera de la música: del arte, la literatura, el teatro y el cine e incorporarlas a ésta; de este modo, el pop se actualiza constantemente (…) Sólo una persona llevó al glam rock a nuevas y enrarecidas alturas e inventó personajes dentro del pop, uniendo el teatro y la música popular en un poderoso todo sin costuras”, destacó el biógrafo David Buckley.
El legado de la estrella negra
Blackstar (estrella negra), es el nombre del álbum Nª 25 de su carrera, contiene siete canciones que combinan el rock y el jazz con toques electrónicos. Los críticos que hasta ahora han podido escuchar el disco lo han descrito como una nueva obra maestra. Bowie no tenía previsto realizar una gira para promocionar el disco ni conceder entrevistas a los medios de comunicación. Vale recordar que después de sufrir un ataque al corazón, había disminuido su ritmo de trabajo, inclusive no se presentaba en vivo desde 2006, cuando cantó en Nueva York junto a Alicia Keys.
“Siempre hizo lo que quiso”, declaró en Facebook Tony Visconti, amigo y compañero de Bowie, quien produjo además algunos de sus discos, incluyendo el último. “Quiso hacerlo a su manera. Su muerte no ha sido diferente a su vida: una obra de arte. Hizo Blackstar para nosotros, como su regalo de despedida. He sabido durante un año que así es como iba a ser”, expresó Visconti.
El mundo llora su muerte
Desde que se conoció la noticia de su muerte, sus fans han inundado las redes sociales con condolencias, también han colocado flores, velas, tarjetas y pancartas con palabras de cariño al frente de su apartamento en la calle Lafayette de Nueva York. Lo mismo ha sucedido en su barrio natal: Brixton, ubicado al sur de Londres.
Figuras del mundo de la política, las artes y hasta de la religión han expresado su pesar por la muerte de Bowie. El primer ministro británico, David Cameron, declaró que se trata de “una enorme pérdida de un maestro de la reinvención”. “Crecí escuchando y viendo al genio del pop David Bowie”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter. El ministro de Economía, George Osborne, manifestó que sus canciones fueron el «telón de fondo» de su vida y destacó que fue un «icono de la creatividad británica». El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, resaltó la importancia de Bowie en la música durante los últimos 40 años y recordó que en la década de los 70 se sentaba a disfrutar de sus temas.
«La amistad con David era la luz de mi vida», declaró un triste Iggy Pop. Por su parte Madonna confesó a través del twitter sentirse «devastada… Este gran artista cambió mi vida!». La diva del pop aseguró que Bowie “era un genio que cambió las reglas de la música” y que «su espíritu vivirá para siempre».
Estrellas de Hollywood como Russell Crowe, Mark Ruffalo y Ricky Gervais también expresaron su pesar en las redes sociales. Hay que recordar que Bowie también dejó un legado en el séptimo arte, actuando en películas como alabadas por la crítica como La última tentación de Cristo de Martin Scorsese, El hombre que vino de las estrellas de Nicolas Roeg, Principiantes de Julien Temple y Dentro del Laberinto de Jim Henson.
Por Roberto Palmitesta