Prensa Cresta Metalica
Definitivamente es un hecho el éxodo masivo de venezolanos. La compleja situación política, social y económica que atraviesa el país ha obligado a muchos connacionales a buscar en otras tierras la calidad de vida y el futuro que Venezuela no ofrece en estos momentos. Dentro de este grupo de personas se encuentran individuos con plena capacidad productiva, amplios conocimientos profesionales capacidad gerencial, pequeños o medianos capitales y sobre todo con un marcado espíritu empresarial. Si bien es cierto existen casos de emprendimientos exitosos en el exterior, también hay un alto índice de fracasos en esta materia, los cuales, por cierto, son poco documentados, pero más frecuentes de lo que se pudiera imaginar.
Para atraer a estos emprendedores se han divulgado ideas sobre soluciones viables a corto plazo con promesas tales como: “Negocio llave en mano”, “Modelos de negocios probados”, “Mercados con alta seguridad jurídica y economías estables”, sin embargo, iniciar una actividad comercial exitosa en el exterior no es tan sencillo y rápido como estos vendedores de ilusiones pregonan.
Analizando el caso de los Estados Unidos, por tratarse del principal destino de los venezolanos, el economista Nestor Araque señala que «es importante indicar que si bien presenta aspectos positivos como: amplias libertades políticas y sociales, primera economía del mundo, volumen de consumo gigantesco, afinidad cultural, cercanía geográfica, etc., también es cierto que es un mercado muy complejo dada la existencia de un gran número de competidores, los bajos márgenes de utilidad que se manejan y un aspecto clave que frecuentemente es desconocido o subestimado por el emprendedor: el mercado laboral es totalmente distinto, si bien no tiene las leyes proteccionistas de nuestros países, tiene desafíos bastante interesantes.”
“El aspecto laboral merece una consideración especial ya que como lo indique anteriormente, si bien no se tienen las leyes proteccionistas que abundan en nuestros países, en este tipo de economías existen obligaciones ineludibles como el seguro social, el seguro de trabajadores, impuestos etc. Otro aspecto clave y muchas veces desconocido por los inversionistas es el hecho que el personal técnico o mano de obra especializada (por ejemplo: electricistas, mecánicos, latoneros, plomeros, choferes de camiones, etc.) es extremadamente escaso y por su alta demanda, este tipo de trabajadores devengan salarios equivalentes a los de cualquier profesional universitario. Esta escasez de mano de obra especializada hace que el reclutamiento y la retención del personal sea un verdadero dolor de cabeza para el emprendedor”, agregó.
El experto considera que la necesidad de lograr un estatus migratorio y la urgencia por generar ingresos, influyen de manera negativa en el proceso de toma de decisiones y como malas consejeras, llevan en la mayoría de los casos a tomar decisiones apresuradas sin considerar aspectos elementales como: un debido estudio de mercado, análisis de la competencia (que existe y es implacable), hábitos de consumo de la población, regulaciones gubernamentales, licencias, proyecciones económicas, análisis detallado de la actividad productiva en la que se desea incursionar, así como la indispensable revisión de todos los contratos que se firmaran (por ejemplo: franquicias, alquileres, seguros, proveedores de servicio, etc.)
La experiencia indica que con el monto de capital que normalmente es necesario invertir para aplicar a una Visa (alrededor de US$ 200.000) , lo que realmente alcanza es para iniciar una microempresa, la cual (contradictoriamente) no tendrá la capacidad financiera para soportar la carga laboral exigida por las autoridades migratorias, esto hace que para mantener el negocio funcionando y a su vez cumplir con el número de empleos que exigen las autoridades se haga indispensable que el emprendedor realice contribuciones adicionales de capital al menos durante los tres (03) primeros años de operaciones, tiempo en el cual una empresa promedio tarda en consolidarse en esta economía.
“A mi juicio es necesario que, sin perder el espíritu de emprendimiento, como primera opción, al iniciar un proceso migratorio, el inversionista y su familia se tomen el tiempo necesario para conocer bien el mercado y los distintos factores mencionados anteriormente, si bien es cierto, esto puede demorar los planes en uno o dos años, va a ser de seguro una decisión económicamente sabia, la cual incrementara enormemente las posibilidades de éxito y sobre todo mantendrá a salvo un patrimonio familiar que no se construyó de la noche a la mañana, evitando de esta manera el retorno obligado a un país en condiciones más desfavorables de las que se dejaron”, añadió Araque.