Aseguran expertos en administración de empresas, manejo de finanzas y gestores culturales
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La Economía Naranja se ha convertido en una de las principales industrias generadoras de ingresos y un potente motor económico en muchos países, como Colombia, cuyo presidente, Iván Duque, es uno de sus principales expertos y promotores en todo el mundo. Venezuela no escapa y más que nada porque dicha corriente naranja representa una opción para enfrentar la crisis económica y social que vive la nación. Sin embargo, también se ha convertido en una moda y de la noche a la mañana comienzan a surgir supuestos “expertos”, cuando en realidad muchos de ellos recién conocen el término. Especialistas en materia económica y artística advierten que la mano de obra no calificada, escudada en un boom junto a la falta de asesoramiento en el área financiera y gerencial puede llevar al fracaso a muchos proyectos.
“Me llama la atención como repentinamente han comenzado a aparecer gurús o expertos en economía naranja, cuando en realidad no saben de qué se trata y más bien lo están tomando como moda, hay quienes conocieron el termino ayer y ya quieren posicionarse; aunque por un lado está bien porque ayuda a promocionar el término y a que la gente o comprenda, pero hay que cuidar el oportunismo y darle a cada quien su valor y sus experiencias, trabajando con ética y con el conocimiento debido, porque de lo contrario puede generarse al fracaso de un proyecto”, expresó Melany Kors, directora de Extremodamente, quien ha dictado conferencias y talleres sobre economía creativa durante 10 años en universidades como la UCV, UCAB, UNA, así como en la Escuela Emprendedores de Chacao, en el Centro Cultural El Hatillo y en la Fundación Empresas Polar.
El fracaso de numerosas iniciativas naranjas está asociados a la falta de planificación y previsión, tal y como lo asegura el experto en finanzas Eduardo Olmos, graduado en Economía en la Regis University de Denver, Colorado, EEUU: “Muchas veces tanto productores, como el público ávido de esparcimiento, entretenimiento y desarrollo cultural se encuentran ante la disyuntiva de dónde ir (teatro, música, cine, exposiciones, etc.) y a qué precio, donde el beneficio costo-valor tenga sentido o preponderancia ante otras necesidades como la alimentación, creando una necesidad no satisfecha como consumidor y una oportunidad de negocio para los productores”.
Alejandro Adrian, fundador y director de Cresta Metalica Producciones, quien además es Lic. en administración de empresas de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG), asegura que “no importa cuán especializado o no esté el emprendedor en materia de lo que es en realidad la economía naranja, pero si esa persona no tiene nociones de gerencia y administración, si no conoce muy bien el ámbito donde se va a desarrollar y analiza sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, su proyecto tarde o temprano va a fracasar porque esos conocimientos son indispensable en un país sumido en una terrible crisis económica, por eso son importantes aportes como los de Eduardo Olmos con su método para buscar asegurar la inversión (MSERP)”.
“En el área cultural y creativa en general, muchos proyectos son diseñados o establecidos basados en comportamiento del pasado y éxitos obtenidos en otro momento de la historia venezolana, alguno de ellos con éxitos marginales, pero la mayoría de ellos fracasando ante la no planificación y análisis adecuado de las actuales necesidades del potencial asistente a dichos espectáculos. Es allí donde los invito a utilizar esta poderosísima pero sencilla herramienta como es el Método Sistemático de Evaluación y Resolución de Problemas (MSERP), como un proceso en el cual interviene un conjunto de variables que debemos controlar para garantizar el éxito de nuestros resultados”, agregó Olmos, administrador de la Escuela Antonio José de Sucre (Yaracuy) y Licenciado en administración de empresas egresado de la Universidad Fermín Toro (Lara).
“Son indudables los beneficios que ha traído la Economía Naranja a Latinoamérica, entre los datos que muestran estudios como el de Iván Duque y Felipe Buitriago en el libro que ambos publicaron a través del BID, señalan que si la economía naranja fuese un país generaría los mismos puestos de trabajo de una nación como Uruguay o Costa Rica, y en Colombia triplica los ingresos que genera el café, así que en Venezuela tiene mucho campo siempre y cuando vaya de la mano con la mano de obra preparada, siguiendo además criterios gerenciales”, explicó Melany Kors, quien además es Licenciada en Artes de la UCV, con maestría en gestión de políticas culturales.
Vale resaltar que la Economía Naranja es un término reciente y que surgió con el libro publicado por el BID y escrito por Felipe Buitriago e Iván Duque (recién electo presidente de Colombia); es sinónimo de la industria creativa que a su vez viene de las industrias culturales, abarcando disciplinas como danza, cine, música, artes plásticas, etc. Pero luego se agregaron ciertas industrias con las mismas características, pero que no se consideran artísticas, como el diseño en todas sus vertientes, los software, los videojuegos, entre otras, pero que tienen en común a la creatividad como insumo principal en su cadena de valores.