
Todas las maravillas se conjuga en tu Ser: tu sonrisa que celebra la creación, tu voz está llena de vida, tu infinita musicalidad se pierde de vista, tu silueta mágica que escribe mil poemas, tu estampa cargada de gracia y tu personalidad abundante en generosidad.
Eres una roca donde se estrella la oscuridad, eres luz que disipa las sombras, eres optimismo que reina sobre la desesperanza, porque eres esperanza hecha música que lleva un mensaje que trasciende.
Eres como las olas del mar: incansable, perseverante. Tu espíritu es como el agua: a todo le da forma y llegas a todas partes con tus melodías. Tu música puede arrullar como el murmullo del manantial o estremecer como el bravo mar.
Simplemente… eres tú, tienes voz propia y sonido con personalidad. Gracias por regalarnos tu música.
Dices que “Dios es el director, la música tu canal y tu propósito es el amor”, pues ¡Qué así sea!