Ready Player One (Comienza el juego)

En su libro Ready Player One, Ernest Cline escribió una de las aventuras más complejas e imaginables en un mundo virtual infinito llamado OASIS, donde todos los jugadores del mundo buscan una serie de “huevos de pascua” escondidos entre acertijos, misiones secretas y cientos de referencias a la cultura popular de los ´80 y ´90. Una trama así de ambiciosa, sólo podía ser llevada a la pantalla por un director de la talla de Steven Spielberg.

Es una realidad que actualmente la nostalgia domina muchos de los productos que vemos en el cine, la televisión y los videojuegos. Incluso, gracias al éxito de Stranger Things, lo fácil sería pensar que Ready Player One se está aprovechando de esta tendencia “nostálgica”.

La compleja tarea a la que Spielberg y su equipo se enfrentaron, no fue sólo conseguir los derechos de un sinnúmero de licencias de propiedades intelectuales, sino lograr que la película no se sintiera como un mero pretexto para colocar referencias por doquier y, para el gusto de los fans, a lo largo de sus 140 minutos de duración queda claro que el trabajo de postproducción en Ready Player One fue una tarea titánica.

El diseño y la mezcla de audio explotan cada minuto de sus secuencias de acción y evidentemente estamos ante uno de los trabajos más complejos que ha entregado Industrial Light & Magic, pues incluso nos llegamos a olvidar que lo que estamos observando en pantalla son avatares creados por computadora.

Mientras el libro de Ernest Cline explora cada rincón de la cultura pop en sus más de 400 páginas, la película tuvo que condensar todo en poco más de dos horas. Sobre esto los fans pueden estar tranquilos pues aunque no vean todo la primera vez, como la hebilla de Thundercats de Parzival, los Gremlins o el Ed 209 de Robocop; Steven Spielberg declaró que: “Se necesitaría ver la película unas cinco o seis veces para encontrar la mayor cantidad de referencias”

De forma muy inteligente, el director incluyó todos estos guiños sin estorbar la trama al final: Son sólo un plus dentro de una gran aventura. En las manos de Steven Spielberg la aventura es el viaje y el cineasta logra poner al público en los zapatos (virtuales) de Parzival, Artemis y Ache. Nos emociona cuando aprieta el acelerador del DeLorean, cuando escuchamos el tema de El resplandor y cuando el Gigante de Hierro defiende a los demás avatares (entre los cuales están He-Man, las Tortugas Ninja y hasta los Battletoads).

Él logra hacernos sentir todo esto desde el asiento de una sala de cine. El único y verdadero OASIS de Spielberg… y un OASIS que lo comparte con todos nosotros, así ha sido desde Tiburón y así sigue siendo con Ready Player One.

Por: Simón Carrillo
Simon Von Koenigsegg
RRSS: @SimonCarrillo_Art

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