Notable y cien por ciento recomendable el thriller de ciencia ficción y terror que, a pesar de contar con una historia que recuerda a muchas otras películas, logra levantar hábilmente la credibilidad de uno de los géneros que más sufren en calidad cinematográfica.

Cuenta con los elementos conocidos de ambos géneros, como los monstruos y los sustos impredecibles. Pero lo que hace diferente el trabajo de John Krasinski, es la forma de como estos elementos se combinan entre sí, para contar y desarrollar una historia solida con buenos personajes, y no los personajes típicos del género que solo están “como carne de cañón”.

Aquí, los protagonistas nos importan, son inteligentes, y toman decisiones creíbles. Los vemos convivir y arreglárselas de forma silenciosa con miradas y lenguaje corporal, lo que también se traduce en la dificultad que les vemos atravesar para comunicarse libremente unos con otros y mostrar sus emociones de alegría, enojo o miedo, sin restricciones.

Pero su mayor mérito es como a pesar de la falta de diálogos la historia es envolvente. La tensión se construye poco a poco gracias al hecho de que algo tan básico e inevitable como el sonido, es un factor decisivo de vida o muerte para los integrantes de la familia. Esto logra involucrarnos como espectadores, estando siempre pendientes de sus acciones por sencillas que sean.

En resumen, no es una película de terror que vaya a revolucionar el género. Pero si un film sumamente entretenido con una atmósfera muy bien lograda, además de un manejo y una combinación que sobresale de los conceptos básicos del género.

Reparto: Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simmonds, Noah Jumpe.

Por: Simón Carrillo
Simon Von Koenigsegg
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